No pude reprimir mi alegria ante el nacimiento de SPENCER WLADIMIR JOSHUA mi primer niet, que vino para felicidad de sus padres sobre todo pero a mi que re estreno el abuelazgo me puso re-muy feliz, Por eso ayer escuché por radio este mensaje leído por un excelente locutor Hector Larrea que me dio en el punto justo emocionándome tanto que quise compartirlo con todos los lectores de esta página.No soy poseedor de vena poética por lo cual me apropio de esto que es lo que me gustaría que el interprete algun día cuando yo no esté .Mario
MENSAJE A MI NIETO
Llegaste a mi al declinar la tarde
-hermosa realidad de un largo sueño-
y fue al fin del otoño primavera,
y del tronco añoso hubo un retoño nuevo.
Hijo de un hijo,doblemente hijo,
eso eres,mi nieto,
que hoy has venido a prolongar mi vida,
mi nombre ,mi recuerdo...
Quizá repitas en tu vida de hombre
algunos de mis rasgos y mis gestos;
mas quiera Dios que en ti no se repitan
mis errores,tampoco mis defectos.
Nieto,mi nieto,escucha:
se un ser útil y bueno.
Toma,no mas,lo que tu mano pueda
contener sin esfuerzo;
quien posee muchas cosas es su esclavo,
quien tiene pocas cosas es su dueño
y es mas libre además;no olvides nunca
que la libertad es bien supremo.
Recuerda que alguien escribió un día
sobre la puerta de su cas esto:
"Todo era de otros y todo será de otros"
y yo agrego:
que no es mas rido el que posee mas bienes
sino aquel que atesora mas recuerdos.
Sé sencillo,cordial,afectuoso,
que siempre has alguien que demanda afecto.
Tal vez no alcances gran sabiduría,
acaso no poseas gran talento;
no importa,hay un talento,el que mas vale,
y es el del corazón,procura haberlo;
para ello trata de guardarlo puro
el corazón,como el de un niño,y luego,
ya hombre,puedas conservar por siempre
al niño aquel que fuiste en el comienzo;
que así tendrá mejor sabor la vida
y mejor gozarás cuanto hay de bello.
Nieto mio,repito:
procura ser útil y ser bueno;
hoy te lo pide el padre de tu padre,
por dos veces tu padre,que es :TU ABUELO.
MARIO EDWARD.
jueves, 23 de diciembre de 2010
miércoles, 22 de diciembre de 2010
Moisés: el Éxodo de los israelitas, un misterio egipcio
"SHEMA JISROEL ELOHENI ADONAI EJOD”
(Oye, Israel, Nuestro Dios Adonay es el Dios Único)
Profeta y legislador de Israel cuyas acciones están descritas en el libro del Éxodo (siglo XIII A. C.?). Sin embargo, dicho libro del Antiguo Testamento está escrito en un registro literario y simbólico que deja en la penumbra la figura histórica de Moisés, rodeándola de milagros, prodigios y leyendas; e incluso existen dudas sobre la existencia real de Moisés, que podría ser un mito.
Introducción
¿Qué puede decir la historia acerca de Moisés y la gran migración del pueblo de Israel a cuyo frente, según la Biblia, le puso Yahvé? ¿Existió Moisés? ¿Hubo en verdad un éxodo?
Durante siglos la historia de Moisés, considerado como fundador y primer profeta de la religión judía, ha ocupado un lugar de privilegio en nuestra imaginación colectiva. Gran protagonista de los relatos iniciales de la Biblia, la literatura y el arte han recreado profusamente los grandes episodios de su vida. Nadie ignora la azarosa historia de su abandono, nada más nacer, en una cestilla arrojada al Nilo que recogerá la hija del faraón. O los sinsabores de su estancia en Egipto, junto a la comunidad hebrea al servicio del faraón, hasta que el homicidio de un egipcio lo obligó a huir al desierto. O la primera revelación de Yahvé, en forma de «zarza ardiente», para comunicar a Moisés su misión de sacar a los hebreos de la esclavitud egipcia y llevarlos a un nuevo país, la «tierra de promisión».
Cuando el faraón desatendió su petición de que permitiera marcharse a sus compatriotas, se abatieron sobre el país las «diez plagas de Egipto», castigando a todos menos a los israelitas cuyas casas había señalado el profeta. Iniciado el «éxodo» propiamente dicho, se suceden episodios aún más legendarios: el paso del mar Rojo, con la milagrosa apertura de las aguas; la «travesía del desierto» durante cuarenta años, en cuyo curso los peregrinos se alimentaron del maná llovido del cielo y bebieron el agua que el mismo Moisés hizo manar de una roca; o la entrega de las tablas de la Ley por Moisés a su pueblo, después de que Yahvé se las revelara en el monte Sinaí. El último acto de la epopeya mosaica consistió en la aparición de Yahvé en el monte Nebo, en la que anunció a su profeta que pronto divisaría la tierra prometida, pero que la muerte le impediría entrar. En efecto, fue Josué quien conquistó el país que se convertiría en patria de los israelitas.
Desde hace tiempo se admite que esta historia, tal como la relata la Biblia, no puede considerarse un relato histórico. Hay muchos elementos fantásticos, algunos introducidos en una época relativamente tardía, como el del milagro del mar Rojo, mientras que otros entroncan con los mitos de otros pueblos del Próximo Oriente, como el del nacimiento de Moisés o las tablas de la Ley. Pero al mismo tiempo existen aspectos que seguramente responden a una realidad histórica genuina, entre ellos la misma idea del éxodo; se sabe, por ejemplo, que en el siglo XIII A.C. existía en Egipto una comunidad hebrea empleada en la construcción de la ciudad de Pi-Ramsés. Historia y leyenda se imbrican así en una narración que constituye uno de los fundamentos de la cultura judía y judeocristiana.
Moisés y la historia arqueológica
En Les secrets de l”Exode (Los Secretos del Éxodo), Ediciones Jean- Cyrille Godefroy, los franceses Roger y Messod Sabbah —judíos ellos mismos— hacen una revelación que no sólo desarma un delicado rompecabezas de miles de años sino que terminaría con gran parte de la literatura del Antiguo Testamento. Según su trabajo, el guía del éxodo judío habría sido en realidad un general egipcio que más tarde sería el faraón Ramsés I, al que sitúan en los años 1299-1297 (a. C.).
Según los Sabbah aseguran que los hebreos eran los pobladores de Akhet-Atón, ciudad del Antiguo Egipto y sede del primer faraón monoteísta Akenatón (Amenophis IV), casado con Nefertiti. Según el arriesgado trabajo de los franceses, Akenatón y Abraham serían la misma persona que vivió hacia el año 1358 (a. C.). Así, Sara, la esposa de Abraham y madre tardía de Isaac no sería otra que la intrigante Nefertiti.
Siguiendo con las hipótesis, el autor de las Tablas de la Ley, aquél que hasta ahora había llegado en canastita hasta la nobleza egipicia, no sería otro que el general egipcio Mosé (Ra-Messou), más adelante el faraón Ramsés I.
Para decir lo que dicen, los Sabbah afirman haber hecho un atento estudio del Antiguo Testamento y de la Biblia aramea y que lo confirmaron tras encontrar símbolos de la lengua hebrea detrás de los jeroglíficos de las tumbas del Valle de los Reyes.
Todo encaja perfectamente en el nuevo puzzle. Según el registro histórico, después de la desaparición de Akenatón, los pobladores fueron expulsados a Canaán por orden del futuro emperador Ay ( 1331-1326 a. C.). En su exilio, quienes se hacían llamar “yahouds” (adoradores del faraón) fundaron cuarenta años después el reino de Yahouda (Judea).
Moisés y las Tablas de la Ley
La tradición judía nos dice de Moisés que fue encontrado en las aguas del Nilo por una hija del Faraón; que creció en la corte egipcia, destacando por su talento y valor; que finalmente reconoció su origen judío y que se enfrentó al propio Faraón, enviando las famosas nueve plagas y huyendo de Egipto con todo su pueblo; que atravesó las aguas del Mar Rojo, sepultando al ejército faraónico bajo ellas; que bajo su guía, los judíos vagaron por el desierto portando la misteriosa Arca de la Alianza hasta encontrar la Tierra Prometida de Canáan; que subió al Sinaí donde Yahvéh le reveló las Tablas de la Ley… y que, finalmente, condujo a los judíos hasta su nuevo hogar, aunque a él se le vetó la entrada, muriendo solo en el desierto.
Para muchos exégetas del Génesis, Moisés, por contra, ni siquiera existió realmente, sino que fue un personaje mítico inventado para corroborar el origen divino del pueblo judío.
Otro asunto oscuro lo representa el propio Éxodo del pueblo judío, encabezado por Moisés, pues según el parecer mayoritario de los especialistas en temas bíblicos, tuvo lugar durante el reinado del faraón Merneptah, cuarto rey de la XIX Dinastía, hijo de Ramsés II el Grande. Pero, tal como se pregunta Vicente Vaquero en su artículo ¿Existió Moisés realmente?, verdades y mentiras del Libro del Éxodo, ¿hubo alguna vez un Éxodo? Porque lo cierto es que en todo lo descubierto hasta ahora por los egiptólogos no hay nada que demuestre que tal hecho tuviese lugar.
Vaquero hace mención, eso sí, a la famosa Estela de Israel, descubierta en 1896 en el templo funerario de Merneptah, en Tebas. La estela de granito, cuyas inscripciones tenían como objetivo principal ensalzar la figura del faraón y su victoria sobre los libios en la batalla de Pi-ire, contiene en sus últimas frases unas interesantes referencias a la situación existente en aquel tiempo en Asia, en las que de pasada, se menciona a Israel: “Los reyes enemigos están vencidos, gritan Salam (paz). Ni uno de los Nueve Pueblos del Arco (los beduinos) levanta la cabeza. Arrasado está el país de los Tehenú (los libios). Los hititas están pacificados. Canaán está saqueado. Conquistadas están Gezer y Ascalón. Yenoán ya no existe. Israel está derribado y yermo, no tiene semilla. Palestina es una viuda. Todas las tierras están unidas y pacíficas. Los que eran turbulentos están sujetos por el rey Merneptah, ¡que viva muchos años!”.
“El hecho de que los especialistas en el Antiguo Testamento pensaran que el Éxodo tuvo lugar bajo la égida de Merneptah ha originado que esta inscripción se haya hecho famosa y tome una importancia que de otro modo no hubiera tenido nunca, por lo que ha pasado a la historia como “la estela de Israel”.
No obstante -apunta Vaquero-, parece olvidarse que, según la Biblia, el faraón que reinaba murió ahogado al intentar atravesar el Mar Rojo en persecución de Moisés y su pueblo, y que Merneptah -cuya momia fue hallada y sometida a diversos reconocimientos- murió como consecuencia de una calcificación de las arterias.
Por otro lado, Luis A. Lázaro, en su artículo Moisés, el mago de Dios, expone otras hipótesis de trabajo existentes sobre la figura de Moisés, como la que nos dice que pudo no ser judío sino egipcio, probablemente un príncipe o sacerdote; siendo él el fundador de la religión hebraica bajo la influencia del culto solar del dios único egipcio Atón.
Algunas cuestiones significativas al respecto: De todas las tribus que acompañaban a Moisés destaca la de Leví, que probablemente serían parientes y el séquito de procedencia egipcia que le acompañó en su aventura, a juzgar por la cantidad de raices egipcias que todavía quedan en los apellidos de los descendientes de aquellos primitivos levitas. Esta tribu operaba como el cuerpo de seguridad personal de Moisés y como casta sacerdotal ostentaba el monopolio del ejercicio de los ritos y la custodia del Tabernáculo (el templo móvil de los judíos durante su éxodo por el desierto) y el Arca de la Alianza.
Además de iniciar personal y oralmente a los sacerdotes del Tabérnaculo -setenta- Moisés transmite la Ley por escrito y se guarda en el Arca de la Alianza, otra influencia clara de los cultos iniciáticos egipcios, donde se guardaban los libros sagrados también en un arca.
Moisés joven en la corte faraónica
En el relato bíblico se exponen las continúas rebeliones que los Hijos de Israel mantienen frente a Yahvéh y a Moisés. El mismo Dios se muestra más intolerante y soberbio que Moisés, cuando intenta en varias ocasiones exterminar a todo el pueblo en masa y los consejos de Moisés le detienen. Pudiera haber ocurrido que en una de estas sublevaciones Moisés fuera asesinado por el propio pueblo elegido para transmitirle su iniciación; y que dicho pueblo, tras generaciones de evolución, logró redimir su profundo sentimiento de culpa por tal magnicidio al incorporarle como pieza angular de su Tradición Sagrada.
Otto Rank, uno de los padres del psicoanálisis escribió una obra titulada El mito del nacimiento del héroe, donde descubre cómo todos los pueblos de la Antigüedad revistieron sus orígenes con las míticas vidas de sus héroes. Y en muchas de ellas se dan asombrosas circunstancias comunes: “El héroe es hijo de ilustrísimos padres, casi siempre hijo de reyes. El niño recién nacido es condenado, casi siempre por el padre, a ser muerto o abandonado; de ordinario se le abandona a las aguas en una caja. Luego es salvado por animales o pastores… y tras azarosos avatares termina alcanzando grandeza y gloria…”
Otto Rank recoge los nombres de Sargón, Moisés, Ciro, Rómulo, Edipo, Paris, Perseo, Gilgamesh y otros muchos héroes fundadores de pueblos más desconocidos. Pero el personaje antiguo más conocido que ejemplifica esta leyenda-tipo es Sargón, el fundador de Babilonia hacia el 2800 a.C., tal como recogen textos en escritura cuneiforme, en los que explica, entre otras cosas, el abandono en el río por parte de su madre sacerdotisa dentro de una cesta de juncos…
Habría que recordar que Abraham, considerado el padre dinástico del pueblo judío, fue rey de Ur, ciudad-estado de la antigua Caldea, aunque la Biblia nos lo presente como pastor de ovejas que emigró a las tierras de Canaán. Otro patriarca, Isaac, revela en su ascendencia orígenes egipcios. Jacob y José dejan entrever su origen fenicio. Probablemente serían líderes de pueblos distintos, que siglos después que Moisés la leyenda enlazó en una misma cadena genealógica, para dar cierta fuerza a sus ancestros y confianza a sus descendientes.
El sacerdote egipcio Manathón, que compiló los datos más exactos de las dinastías faraónicas, afirma que Moisés era un sacerdote de Osiris. La propia Biblia reconoce que Moisés fue educado en los templos egipcios y que ostentaba un alto cargo político, como inspector del Imperio en las tierras de Gosen, donde se asentaba una parte importante del pueblo judío.
En la crónica de Flavio Josefo se dice que Moisés era un jefe militar egipcio, que había conducido una victoriosa campaña militar en Etiopía, justo en el lugar donde se retira refugiado, se casa con la hija del sumo sacerdote y descubre por primera vez a Yahvéh en una zarza ardiente.
Moisés en el Mar Rojo
En otro pasaje bíblico (Éxodo, IV) se menciona a Moisés como “torpe de lengua”, de tal forma que necesitaba a su hermano Aarón para comunicarse con los judíos. Tal vez esto fuera debido a que Moisés no hablaba hebreo y por tanto necesitaba de la ayuda de algún intérprete, al menos al principio del viaje.
Si Moisés era egipcio, ¿Qué pudo hacerle abandonar su tierra y sus nobles funciones para adentrarse en el desierto con una horda de inmigrantes e incultos judíos? Conocido es el desprecio histórico que sentían los egipcios por los pueblos extranjeros. Por otro lado, los judíos eran herméticos en sus costumbres y endogámicos en sus relaciones. ¿Cuál fue el motivo que les impulsó a elegir a un egipcio como su jefe, legislador y profeta de una nueva religión?.
Existen numerosas contradicciones históricas en el relato bíblico del Éxodo, probablemente destinadas a dar coherencia forzosa al orígen mítico del pueblo de Israel, como el único de toda la Tierra elegido por Dios para consolidar una Alianza Cósmica.
Significativo es que Herodoto cite a los fenicios y asirios de Palestina (los judíos) como practicantes de la circuncisión, costumbre que confesaban haber heredado de Egipto.
Según Freud, “conceder que la circuncisión era una costumbre egipcia introducida por Moisés, casi equivaldría a aceptar que la religión mosaica también había sido de origen egipcio”. Esta posibilidad es también contemplada por historiadores como Melle Sellin. Para argumentar esta hipótesis nos remontaremos a la gloriosa XVIII Dinastía, cuando Egipto se transformó en potencia mundial.
Hacia el 1375 a.C. sube al trono el joven faraón que pasaría a la Historia con el nombre de Akenatón. Durante los diecisiete años que duró su reinado impuso a todo el imperio una nueva religión monoteista de adoración al Dios Supremo -Atón- cuyo símbolo visible era el disco solar, como fuente de radiación de la energía y de la luz. Encontramos versos áureos de Akenatón a su Dios Universal que nos recuerdan a los salmos de los profetas judíos y, más tarde, al Corán de Mahoma. Y dice el Faraón: “¡Oh Tú, Dios Único! ¡No hay otro Dios sino Tú!” Y es curiosa esta línea genealógica que geográfica y religiosamente entronca tres grandes culturas en el tiempo: El Atón de Akenatón, el Yahvéh de Moisés y el Allah de Mahoma. Las similitudes de esta sucesión religiosa semítica son fascinantes y demasiado extenso sería desarrollarlas aquí.
¿No pudo ser que Moisés fuera un sacerdote de la Escuela de On, templo dedicado a Atón, y coetáneo seguidor del faraón iluminado?.
Las fechas coinciden. Podría ser que Moisés, viendo destrozado el culto al Dios Único a la muerte de Akenatón y siendo gobernador militar de la provincia limítrofe de Gosen, decidiera llevar a cabo el experimento social más arriesgado de la Historia: crear “casi de la nada” un pueblo, una religión y una nación.
Para el autor angloegipcio Ahmed Osman, célebre por haber identificado al abuelo de Akenatón, Yuya, con la figura del José del Génesis, atacó en 1990 con otra nueva hipótesis. Osman consiguió extender lazos bastante verosímiles para argumentar que Moisés y Akenatón habrían sido la misma persona.
Akenatón, faraón de la XVIII Dinastía que instauró el culto al Dios Único Atón.
Las Tablas de la Ley estaban escritas con signos jeroglíficos, probablemente egipcios, pero ¿decían lo mismo que nos cuenta la Biblia?
Elohim, Adonai… El Dios Único ancestral de los judíos antes de la revelación de Yahvéh ante Moisés.
En el Pentateuco se mencionan a los nombres de Yahvéh, Elohim y Adonai para referirse a Dios. Según Gressmann: “Los nombres distintos son el índice evidente de dioses primitivamente distintos. Pudiera ser que en un principio, todos aquellos nombres fueran índices del choque de fuerzas entre las primitivas tribus hebreas, y que al final prevaleciera la más poderosa y cruel de ellas. Moisés se acoplaría a esta tradición semántica de su pueblo elegido y utilizaría sagazmente sus costumbres religiosas ancestrales para conducirles por donde sólo él sabía”.
Históricamente, Yahvéh era un dios primitivo, volcánico, cruel, patriarcal, celoso y vengativo, adorado por las tribus medianitas de Qadesh, un oasis situado al sur de Palestina, entre la península del Sinaí y Arabia, a quien las enseñanzas egipcias de Moisés y después los profetas intentarían dulcificar y darle un sentido universal. Y para ello Moisés no dudó en emplear una alta magia que es signo inequívoco de que había bebido en los Misterios Egipcios, por lo que sabía preservar los secretos, como el referido al hecho ya citado de guardar los libros sagrados en un arca (como Moisés hizo con las Tablas depositadas en el Arca de la Alianza) llevado a cabo por los cultos iniciáticos egipcios, Tradición ésta que no salió nunca del Templo.
Son diversas, además, las coincidencias entre Atón y el Dios de los judíos, un “pueblo elegido” que terminó asesinando a su libertador Moisés… Y fue gracias a su inmolación, al igual que después ocurriría con Jesús, que su religión se implantó en el inconsciente del pueblo judío, terminando por transformarse con el tiempo. Por eso tiene sentido como expiación del tremendo pecado cometido, el epitafio final de la obra de Moisés a modo de terrible maldición sobre su propio pueblo, que en castigo a su rebeldía lo condena a dispersarse por el mundo y a sufrir sin consuelo los males más terribles. Y todo esto ocurre antes de la conquista de Canaán.
Pero debemos tener en cuenta, antes de crearnos una imagen ya demasiado definida sobre lo que representa Yahvéh en el Antiguo Testamento, las palabras de Félix Gracia en su artículo Yahvéh, el Señor de las fromas. “Algunos comentaristas bíblicos y escritores -dice Gracia- han contribuido con sus opiniones a difundir una imagen de Yahvéh como Dios severo, sanguinario y cruel”; Y se pregunta: “¿es ésta, en realidad, su esencia profunda?”. A este respecto, el escritor español añade: “el hombre no puede juzgar la acción divina como algo que está fuera de él mismo, ya que Hombre y Dios pertenecen a una unidad irrompible. Cuando esta unidad se quiebra, el mundo cae, y toda la Craeción lo refleja”. Y continúa: “el estado normal de las cosas contempla al binomio Dios-Hombre como una realidad inseparable, no disociada. El problema del mundo nace cuando esa entidad se rompe”. “La Creación es un proceso en marcha, donde el Hombre, fiel a su dignidad de origen divino, llega a ser el instrumento de la potencialidad creadora”.
Luis A. Lázaro finaliza su disertación sobre Moisés con estas palabras: “No queremos complicar más las cosas, añadiendo nuevas piezas y especulaciones a este trabajo. Muchas cosas más podrían ser dichas, pero… Lo cierto es que Moisés fue sin duda el fundador del monoteísmo, de la idea de un Dios Único y de una religión universal, que a través de la maldición del pueblo judío, dispersado entre las naciones por siglos, se ha mantenido y ampliando, alcanzando todos los rincones de la Tierra.
Una de las cosas que cabría añadirse, y que tal vez Lázaro no haga por pudor o por mera cuestión de espacio editorial, si la detalla sin el menor escrúpulo, y hasta con desenfado e ironía (irreverencia seguro que para algunos), Joaquín Grau, creador de la técnica regresiva Anatheóresis, en su artículo Moisés, ¿realidad o mito?, redactado para un monográfico sobre los Grandes enigmas del Antiguo Testamento publicado por la revista Más Allá de la Ciencia.
En él, tras una jocosa exposición de los pormenores del éxodo, así como de las figuras y hechos de Moisés y Yahvéh, pone el dedo en la llaga al referirse al pasaje del Mar Rojo, en que va conduciendo a los judíos una nube desde la que Yahvéh habla a unos cuantos elegidos. Y, al parecer, lo hace a través del Arca de la Alianza.
También a los defensores de un Arca de la Alianza, cuya naturaleza es la de un artilugio tecnológico radiotransmisor para comunicarse con “Dios”, se les abren nuevas perspectivas para razonar sus posturas.
Dice Grau: “A estas alturas nadie puede creer ya que Dios sea algo tan patológicamente humano como Yahvéh”. Y también está la existencia de otro artilugio que acompañó y alimentó a los judíos durante los cuarenta años que duró su éxodo (¿por qué tantos?); nos estamos refiriendo a la “máquina del Maná” de la que hablan diversas tradiciones cabalísticas y zoháricas, y que según esas mismas tradiciones custodiaron y se hicieron cargo de su mantenimiento los sacerdotes de Leví. Pero esa es ya otra historia…
Si las teorías de los ingenieros Sassoon y Dale se corroboran mediante el descubrimiento arqueológico del “Anciano de los Días”, también conocido como “máquina del Maná”, se confirmaría que un “Dios” tecnológico proveyó al “pueblo elegido” de herramientas de diseño.
Y otro tanto de lo mismo sucedería si se encontrase el Arca de la Alianza, o si los que dicen guardarla decidiesen mostrarla al mundo.
Fuente: Revista Masónica Fénix - Perú
Moises y sus Tablas
De acuerdo a la visión FILOSÓFICA TEISTA Judía, tanto la Tora escrita como la Tora oral, fue transmitida a Moisés en el Monte de Sinaí en el año 2448 de la creación del mundo (de acuerdo al calendario hebreo). En el Tratado Talmúdico Baba Batrá 14:b, se afirma que el pentateuco fue escrito por Moisés, aunque existe una gran controversia acerca de quien escribió los últimos ocho versículos del pentateuco. Algunos exegetas Talmúdicos comprenden que lo escribió Moisés pero otros sostienen que lo escribió Yoshua, quien fuera su discípulo. En los primeros tiempos (de acuerdo a la visión FILOSÓFICA TEISTA) existía una prohibición de escribir la Tora oral y a su vez de explicar la Tora escrita sin un libro guía. Por cierto, la Tora escrita en sus primeros tiempos no poseía puntuación (NEKUDOT) ni tampoco signos de canto (Teamim), solo recién en épocas de la Gran Asamblea (Anshe Keneset Haguedola) fue permitido escribirla con puntuación. En el tratado Talmúdico Guitin 60:a, se encuentra una gran disputa acerca de cómo fue entregado el pentateuco al pueblo de Israel. Existen opiniones que manifiestan que el pentateuco fue entregado en varios pergaminos a lo largo de la estadía del pueblo de Israel en el desierto, aunque también existen opiniones que sostienen que el pentateuco fue entregado de forma completa en un solo pergamino. En cuanto a la VISIÓN CIENTÍFICA: para muchos exégetas, Moisés, ni siquiera existió realmente, sino que fue un personaje mítico inventado para corroborar el origen divino del pueblo judío. Otro asunto oscuro lo representa el propio Éxodo de Israel, encabezado por Moisés, ya que según el parecer mayoritario de los especialistas en temas bíblicos, tuvo lugar durante el reinado del faraón Merneptah, cuarto rey de la XIX Dinastía, hijo de Ramsés II el Grande. Lo cierto es que en todo lo descubierto hasta ahora por los egiptólogos no hay nada que demuestre que tal hecho tuviese lugar. Otto Rank, uno de los padres del psicoanálisis escribió una obra titulada “El mito del nacimiento del héroe”(por cierto, un libro muy recomendado), donde descubre cómo todos los pueblos de la Antigüedad revistieron sus orígenes con las míticas vidas de sus héroes. Y EN MUCHAS DE ELLAS SE DAN ASOMBROSAS CIRCUNSTANCIAS COMUNES: "El héroe es hijo de ilustrísimos padres, casi siempre hijo de reyes. El niño recién nacido es condenado, casi siempre por el padre, a ser muerto o abandonado; de ordinario se le abandona a las aguas en una caja. Luego es salvado por animales o pastores... y tras azarosos avatares termina alcanzando grandeza y gloria..." Otto Rank recoge los nombres de Sargón, Moisés, Ciro, Rómulo, Edipo, Paris, Perseo, Gilgamesh y otros muchos héroes fundadores de pueblos más desconocidos. Pero el personaje antiguo más conocido que ejemplifica esta leyenda-tipo es Sargón, el fundador de Babilonia hacia el año 2800 a.C (mucho antes del nacimiento de Moisés) tal como recogen textos en escritura cuneiforme, en los que explica, entre otras cosas, el abandono en el río por parte de su madre sacerdotisa dentro de una cesta de juncos. El arqueólogo FINKELSTEIN, quien es director del Instituto de Arqueología de la Universidad de Tel Aviv, asevera que la Biblia no responde a ninguna revelación divina y por el contrario, esa gesta es un brillante producto de la imaginación humana y que muchos de sus episodios nunca existieron “ENTRE ELLOS EL ÉXODO DEL PUEBLO DE ISRAEL”. Existen infinitas pruebas al respecto que él exponé en diferentes entrevistas y se hallan en Internet para todo lector en general, aunque lo ideal sería estudiar su cátedra en hebreo o ingles.
Personalmente comprendo que desde un punto de vista racional aun si se demostrara que existió un Moisés, héroes hubo en todos los pueblos de la antigüedad e incluso con las mismas facetas que Moisés como mencioné anteriormente, y POR SUPUESTO ESO NO DEMOSTRARÍA LA DIVINIDAD DEL PENTATEUCO SINO SOLO LA EXISTENCIA DE UN GUÍA O LÍDER DE UN PUEBLO DE LA ANTIGÜEDAD. Pero aun así, tampoco hay una evidencia seria que permita afirmar que haya existido Moisés, como lo reconocen las principales figuras arqueológicas del mundo científico universitario que entre ellas se encuentra FINKELSTEIN, quien como mencioné anteriormente es el director del Instituto de Arqueología de la Universidad de Tel aviv (y seguramente conoce bien todos los museos del mundo arqueológico y mucho más que eso).
Partiendo desde un punto de vista “RACIONAL”, no solamente no necesitamos a Dios para explicar el universo y la vida, sino que Dios aparece en el universo como algo superfluo. POR SUPUESTO, NO PODEMOS DEMOSTRAR LA INEXISTENCIA DE DIOS, COMO TAMPOCO PODEMOS DEMOSTRAR LA INEXISTENCIA DE LAS HADAS, LOS DUENDES, EL MUNDO DE HARRY POTTER, ETC. PERO, AL IGUAL COMO OCURRE CON ESAS OTRAS FANTASÍAS QUE NO PODEMOS DESMENTIR, PODEMOS DECIR QUE SEGÚN LA MAYORÍA DE LOS CIENTÍFICOS SERIOS DE LA ACTUALIDAD, LA EXISTENCIA DE DIOS, ES MUY IMPROBABLE. Sin embargo, si bien se puede cuestionar la existencia de Dios desde un plano racional, las religiones se basan en un plano espiritual. Por lo tanto, demás queda por decir que no existe contradicción al respecto, ya que son diferentes planos. Uno puede cuestionar a Dios desde un plano racional pero a su vez, creer en un Dios desde un plano espiritual, donde la emoción no conoce fronteras.
Personalmente comprendo que desde un punto de vista racional aun si se demostrara que existió un Moisés, héroes hubo en todos los pueblos de la antigüedad e incluso con las mismas facetas que Moisés como mencioné anteriormente, y POR SUPUESTO ESO NO DEMOSTRARÍA LA DIVINIDAD DEL PENTATEUCO SINO SOLO LA EXISTENCIA DE UN GUÍA O LÍDER DE UN PUEBLO DE LA ANTIGÜEDAD. Pero aun así, tampoco hay una evidencia seria que permita afirmar que haya existido Moisés, como lo reconocen las principales figuras arqueológicas del mundo científico universitario que entre ellas se encuentra FINKELSTEIN, quien como mencioné anteriormente es el director del Instituto de Arqueología de la Universidad de Tel aviv (y seguramente conoce bien todos los museos del mundo arqueológico y mucho más que eso).
Partiendo desde un punto de vista “RACIONAL”, no solamente no necesitamos a Dios para explicar el universo y la vida, sino que Dios aparece en el universo como algo superfluo. POR SUPUESTO, NO PODEMOS DEMOSTRAR LA INEXISTENCIA DE DIOS, COMO TAMPOCO PODEMOS DEMOSTRAR LA INEXISTENCIA DE LAS HADAS, LOS DUENDES, EL MUNDO DE HARRY POTTER, ETC. PERO, AL IGUAL COMO OCURRE CON ESAS OTRAS FANTASÍAS QUE NO PODEMOS DESMENTIR, PODEMOS DECIR QUE SEGÚN LA MAYORÍA DE LOS CIENTÍFICOS SERIOS DE LA ACTUALIDAD, LA EXISTENCIA DE DIOS, ES MUY IMPROBABLE. Sin embargo, si bien se puede cuestionar la existencia de Dios desde un plano racional, las religiones se basan en un plano espiritual. Por lo tanto, demás queda por decir que no existe contradicción al respecto, ya que son diferentes planos. Uno puede cuestionar a Dios desde un plano racional pero a su vez, creer en un Dios desde un plano espiritual, donde la emoción no conoce fronteras.
Cuando Moisés llegó a la Atlántida
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Una de tantas figuraciones de cómo era la Atlántida.
No salgo de mi asombro. Si alguien pensaba que al ganar el Mundial España había tocado techo es que no sabe de qué está hablando. Ahora resulta que somos el origen de la civilización y que la Atlántida, ese continente inexistente del que habló Platón en dos de sus obras (Critias y Timeo), está en Doñana. Lo dice un sesudo artículo dominical. Echa pestes el redactor ya que, al parecer, los malvados “científicos serios” se empeñan en negarlo y “pretenden poner orden ciñéndose a pruebas objetivas y aprovechando las ventajas del razonamiento lógico”. Qué cabrones y qué pesados con su manía de pensar y exigir pruebas.
Se ríe el redactor del reportaje publicado en Ideal de la “historiografía ortodoxa” por considerar tabú el debate. No es que sea tabú, es que el debate sobre la Atlántida está superado hace ya algunos añitos, pero se ve que se olvidaron de avisarle. El tipo nos cuenta que es nada menos que el Consejo Superior de Investigaciones Científicas el que podría encontrar el continente perdido. Como debe de ser de letras y le cuesta sumar dos y dos (que son cuatro, ya se lo digo yo) no se da cuenta de que los del CSIC se tienen por “científicos serios”, sus trabajos nutren la “historiografía ortodoxa” y me juego lo que sea a que nadie en la institución –e incluyo a los bedeles- cree que la Atlántida existió y esté en Doñana. De hecho, la institución nunca ha dicho que busque la Atlántida sino que lleva años investigando lo que podría ser una construcción con estructura circular en la desembocadura del Guadalquivir
Para llegar a tan peregrina conclusión, el tipo nos vuelve a endiñar por enésima vez (tirando por lo bajo) la historia del alemán Heinrich Schliemann que descubrió Troya utilizando la Iliada como única referencia. La hipótesis de la Atlántida y olé la formuló en 1922 otro arqueólogo alemán, Adolf Schulten, quien sostenía que Tartessos pudo haber sido la inspiración de Platón. Luego el pretendido investigador Georgeos Díaz-Montexano aprovechó una investigación del CSIC para volver a poner de moda la peregrina teoría aprovechando que la zona en la que se realiza coincide con la ubicación de la mítica Tartessos.
De Tartessos se sabe poco, pero lo suficiente como para descartar que pudiera haber sido el mítico continente. Si sabemos poco es por la ausencia de restos y referencias. Es decir, no pudo ser una civilización con “un poder insolente que invadía a la vez toda Europa y toda Asia” ni “un imperio grande y maravilloso”, como apuntó Platón en Timeo. Eso sin entrar a valorar que el filósofo hablaba de una isla tan grande como “Libia y Asia” y que hasta los damnificados por la Logse saben que Doñana no es una isla. Tampoco parece muy propio confundir un lugar más allá de las columnas de Hércules (Gibraltar) con el sur de España.
Un mapita como este y la tectónica de placas sirven para entender que no falta ningún continente.
Datos para pensar que la Atlántida es simple mitología abundan. En primer lugar, no cabe imaginar ninguna civilización con 9.000 años de antigüedad (11.000 a estas alturas), entre 3.000 y 4.000 años más que Mesopotamia. Tampoco dice nada a favor del continente perdido que Platón fuera el único en referirse a él (lo que demuestra que ni siquiera era un mito extendido en la época, aunque es posible que ya existiera) o que en ni él mismo se aclarase sobre dónde escuchó la historia (cita fuentes de información distintas en Critias y Timeo, lo que indica que se las inventó).
A estas altura nadie –salvo el autor del artículo y el ex ministro Manuel Pimentel- es tan leño como para seguir creyendo en la Atlántida. Los expertos coinciden en señalar que Platón inventó una sociedad ideal que –vaya casualidad- confirmaba la validez de las teorías que había expuesto en La República. Una sociedad que –también casualmente- se ajustaba como un guante a la manera de entender el mundo de los griegos. Por eso la estructura de la inexistente isla es un conjunto de círculos concéntricos (el círculo representa la perfección), que sirven para separar a los distintos grupos sociales (campesinos, guerreros, filósofos, soberanos…).
Pero ¿pudo existir esa gran civilización, muy desarrollada, barrida por una gran catástrofe natural? Ni pudo ni existió. De hecho, basta echar una mirada a un mapamundi en el que se ven las profundidades marinas para darse cuenta de que no hay restos de ningún continente perdido. La ausencia abrumadora de pruebas es lo que explica que los diferentes ‘investigadores’, en función del nivel de alcohol en su sangre, hayan situado la Atlántida en lugares tan distintos como Irlanda, Los Andes, el Tíbet, el Sáhara o Indonesia. La ausencia de pruebas lo que sugiere es que no existió y punto, aunque a algunos les cueste entenderlo.
Esto es un fotograma de "Los Diez Mandamientos" y el Éxodo un relato mítico.
Pero confundir una historia mítica, sin base real, con una verdad oculta no es patrimonio del autor del artículo. Esta misma semana pocos han sido los diarios que se han resistido a dar pábulo a una de las gilipolleces más grande de los últimos meses: una universidad americana ha ‘descubierto’ que el viento –como el hipo-grito huracanado de Pepe Pótamo- explica que el Mar Rojo se abriera para que Moisés y los suyos huyeran de los egipcios. El primer matiz que habría que hacer –y que pocos hicieron- es que estamos ante un claro ejemplo de ‘ciencia patológica’ ya que, recordemos, llevar bata blanca no es obstáculo para decir tonterías. Basta leer el artículo para darse cuenta de hasta qué punto cocinaron los datos para hacer encajar su hipótesis:
“[El] equipo localizó un lugar al sur del mar Mediterráneo donde pudo realizarse el legendario cruce y modeló diferentes formaciones de tierra que pudieron existir entonces, que habrían generado la historia del mar abriéndose para atravesarlo.”
Es decir, buscaron el lugar que mejor se ajustaba a sus deseos, lo reconstruyeron como les salió del nardo y luego, con un programa, se inventaron el comportamiento del agua tal y como ellos creían que debía de ser. Preguntas ¿Si hizo tanto viento cómo es que Moisés no salió volando? Será que llevaba las tablas de piedra con los Diez Mandamientos en el bolsillo. Si es un fenómeno natural ¿por qué no se ha reproducido en cerca de 5.000 años? Decía Sábato (creo) que "un milagro que se repite no es un milagro". Esto no ha vuelto a pasar ergo fue un milagro y no tiene explicación científica (salvo que dé opción a beca). Preguntas como siempre, pero ninguna respuesta.
La cuestión tiene demasiados peros. Para empezar, la historia de Moisés recuerda tanto a la de Sárgon I (rey de Mesopotamia en el 2.300 a.C.) que muchos creen que el relato bíblico es lo que Lucía Etxeberría llamaría una interpolación. Lo mismo se puede decir del Éxodo, que no es un suceso histórico, y que también tiene demasiado en común con un relato egipcio (el Libro de la Vaca Sagrada) como para no sospechar.
La Atlántida (como Mú, El Dorado, Shangri-La o Teruel) no existe. El Antiguo Testamento no es un libro de historia. Eso sí, todo esto da para llenar páginas.
El Sexo en la Biblia: Santos y Pecadores
El hijo de David viola a su propia hermana
El hijo primogénito de David, Amnón, se enamoró de su media hermana, Tamar. Tras hablar con un amigo, se hizo el enfermo y le pidió a su padre que Tamar le cocinara algo.
La obediente hija fue y cocinó unas frituras y se las llevó a su hermano Amnón.
"Él la sujetó y le dijo: "Ven, acuéstate conmigo, hermana mía." Pero ella respondió: "No, hermano mío, no me fuerces, pues no se hace esto en Israel. No cometas esta infamia.
¿A dónde iría yo deshonrada? Y tú serías como un infame en Israel. Habla, te lo suplico, al rey, que no rehusará entregarme a ti."
Pero él no quiso escucharla, sino que la sujetó y forzándola se acostó con ella.
─II Samuel 13:10-14.
A Amnón le dio asco, y al terminar expulsó de su cuarto a su propia hermana. David, que tampoco era un santito, se disgustó mucho con su hijo, pero no hizo nada en su contra.
La violada se pasó el resto de sus días en casa de su hermano, Absalón, que decidió vengar a su hermana dos años más tarde, asesinando a Amnón. Al final, Salomón fue ungido rey de Israel.
Salomón fue conocido por su sabiduría, pero es el playboy de la Biblia: Según Reyes 11:3, tuvo 600 mujeres, princesas, y 300 concubinas.
El Sexo en la Biblia: Santos y Pecadores
No sólo Goliat fue tumbado por David
David es uno de esos personajes bíblicos que aunque hace actos que actualmente serían calificados de barbaridades, nunca pierde la popularidad ante Dios.
Primero, David se hizo muy pero que muy amigo de Jonatán, el hijo del rey Saúl.
En acabando de hablar David a Saúl, el alma de Jonatán se apegó al alma de David, y le amó Jonatán como a sí mismo. Le retuvo Saúl aquel día y no le permitió regresar a casa de su padre. Hizo Jonatán alianza con David, pues le amaba como a sí mismo. Se quitó Jonatán el manto que llevaba y se lo dio a David, su vestido y también su espada, su arco y su cinturón
─ I Samuel 18 (1-4).
Jonatán murió después en una batalla, y David se lamentó así:
¡Jonatán! Por tu muerte estoy herido,por ti lleno de angustia, Jonatán, hermano mío, en extremo querido, más delicioso para mí tu amor que el amor de las mujeres.
─ II Samuel 1
David intentó buscar otras delicias entre las mujeres, y por intentar no se quedó corto.
Un atardecer se levantó David de su lecho y se paseaba por el terrado de la casa del rey cuando vio desde lo alto del terrado a una mujer que se estaba bañando. Era una mujer muy hermosa.
Mandó David para informarse sobre la mujer y le dijeron: "Es Betsabé, hija de Eliam, mujer de Urías el hitita."
David envió gente que la trajese; llegó donde David y él se acostó con ella, cuando acababa de purificarse de sus reglas. Y ella se volvió a su casa. La mujer quedó embarazada y envió a decir a David: "Estoy encinta."
─II Samuel 11:2-5.
Aquí David intentó por todos los medios que Urías se acostase con su esposa para así encubrir el adulterio, pero Urías se negó porque sus tropas estaban durmiendo en el suelo.
Y entonces David decidió librarse de Urías. Escribió una carta a su comandante: "Poned a Urías frente a lo más reñido de la batalla y retiraos de detrás de él para que sea herido y muera."
Después del luto, Betsabé se hizo concubina de David. De su unión nació Salomón.
Justo antes, David había bailado en celebración de Dios, y al parecer durante el baile enseñó algo más que su devoción.
Cuando se volvía David para bendecir su casa, Mikal, hija de Saúl, le salió al encuentro y le dijo: "¡Cómo se ha cubierto hoy de gloria el rey de Israel, descubriéndose hoy ante las criadas de sus servidores como se descubriría un cualquiera!"
Ya cuando David estaba viejo, sus criados decidieron con "una joven virgen que sirva al rey, y le atienda; que duerma en tu seno y dé calor a mi señor el rey buscó una muchacha hermosa por todos los términos de Israel y encontraron a Abisag la sunamita, y la llevaron al rey. La joven era extraordinariamente bella; cuidaba y servía al rey, pero el rey no la conoció".
El Sexo en la Biblia: Santos y Pecadores
Los violadores de Guibeá se salen con la suya
Un sacerdote judío se peleó con su amante, y ésta se fue a Belén a casa de su padre. El joven levita se arrepintió, y fue a recogerla para hacer las paces. En el camino de regreso a casa, se hospedaron en Guibeá, en una zona que controlaba la tribu israelita de Benjamín.
En ese pueblo, un anciano hospedó a la pareja y su criado, y entonces casi se repitió la escena de Sodoma:
Los hombres de la ciudad, gente malvada, cercaron la casa y golpeando la puerta le dijeron al viejo, dueño de la casa: "Haz salir al hombre que ha entrado en tu casa para que lo conozcamos."
─Jueces19:22
El sacerdote, sin embargo, no era muy valiente: Entonces el hombre tomó a su concubina y se la sacó fuera. Ellos la conocieron, la maltrataron toda la noche hasta la mañana y la dejaron al amanecer. Llegó la mujer de madrugada y cayó a la entrada de la casa del hombre donde estaba su marido; allí quedó hasta que fue de día.
El joven montó a su concubina en el asno, y regresó a su pueblo en las montañas.
Llegado a su casa, agarró un cuchillo y tomando a su concubina la partió miembro por miembro en doce trozos y los envió por todo el territorio de Israel.
– Jueces 19:20
El joven logró que se hiciera una asamblea, que condenó a muerte al pueblo de Guibeá. Pero como el pueblo era parte de la tribu de los benjamitas, éstos decidieron defenderse. Casi todos los hombres fueron exterminados, salvo 600 guerreros que se refugiaron en la Peña de Rimmón.
Los israelitas de repente se dieron cuenta que estaban a punto de exterminar a una tribu de Israel, y entonces se arrepintieron, llegando a una macabra conclusión: como la gente de Yabés de Galaad no había enviado a ningún guerrero, mandaron matar a todos los hombres de ese pueblo, y las doncellas fueron dadas a los sobrevivientes benjamitas.
El capítulo de Jueces termina así: "Por aquel tiempo no había rey en Israel y cada uno hacía lo que le parecía bien".
El Sexo en la Biblia: Santos y Pecadores
Jefté sacrifica a su hija virgen
Jefté era un guerrero que fue encargado para pelear contra los ammonitas. Una especie de mercenario, tenía devoción por su hija, a la cual la Biblia no le pone nombre.
Por si las moscas, camino al campo de batalla, Jefté hizo una extraña promesa a Dios: "Si entregas en mis manos a los ammonitas, el primero que salga de las puertas de mi casa a mi encuentro cuando vuelva victorioso de los ammonitas, será para Yahveh y lo ofreceré en holocausto."
─ Jueces 11:30-31.
Jefté fue victorioso, pero cuando llegó a su casa, la imagen le hizo palidecer: ¡su propia hija salió a recibirla bailando con panderetas!
Al verla, rasgó sus vestiduras y gritó: "¡Ay, hija mía! ¡Me has destrozado! ¿Habías de ser tú la causa de mi desgracia? Abrí la boca ante Yahveh y no puedo volverme atrás".
─Jueces 11:35
Aunque todo tuvo un ribete trágico, de repente la hija de Jefté (que aceptó con gusto su propio sacrificio), hizo una petición rara en un episodio bíblico bastante extraño de por sí:
"Que se me conceda esta gracia: déjame dos meses para ir a vagar por las montañas y llorar con mis compañeras mi virginidad."
"Vete." Y la dejó marchar dos meses. Ella se fue con sus compañeras y estuvo llorando su virginidad por los montes. Al final, volvió y murió a manos de su padre.
Los sabios bíblicos se rascan la cabeza con este episodio tan poco común, y algunos especulan que la hija era miembro de un culto sexual que idolatraba a los dioses paganos. Pero por ahora, eso se ha quedado en pura especulación
El Sexo en la Biblia: Santos y Pecadores
Cuando casi violan a José
El capítulo 39 de Génesis cuenta que José fue vendido en esclavitud a Pitufar, un eunuco de la corte del Faraón de Egipto. Poco después, la mujer de Pitufar quiso seducir a José. El casto muchacho se negó, y la mujer empezó una campaña de asedio y seducción que no dio resultado.
Y entonces la mujer decidió tomar al toro por los cuernos:
Hasta que cierto día entró él en la casa para hacer su trabajo y coincidió que no había ninguno de casa allí dentro.Entonces ella le asió de la ropa diciéndole: "Acuéstate conmigo." Pero él, dejándole su ropa en la mano, salió huyendo afuera.
La mujer entonces acusó a José de quererla seducir, y José fue preso.
Aunque después José se convirtió en virrey de Egipto, le tocó vivir otro episodio nada agradable. Cuando Israel, el padre de José agonizaba, le hizo jurar al muchacho que no lo iba a enterrar permanentemente en Egipto, sino que algún día le daría sepultura en Palestina.
Lo único que claro, en aquel entonces cuando los hombres juraban, se ponían la mano en sus testículos (de ahí testimonio).
Israel le pidió a su casto hijo que "Si he hallado gracia a tus ojos, pon tu mano debajo de mi muslo y hazme este favor y lealtad: No me sepultes en Egipto".
El Sexo en la Biblia: Santos y Pecadores
La telenovela de Judá y Tamar
En hebreo, yibbum es la práctica bíblica de que si el hermano casado muere, su hermano menor debe tomar el lecho con su cuñada hasta que se quede embarazada. Pero entonces, se pretendía que el hijo era del difunto, y el hermano que verdaderamente engendraba al niño perdía sus derechos. Esto también se conoce como el matrimonio levirato.
Este fue el caso extremo de Judá, cuyo hijo Er se casó con Tamar. Algo malo debió hacer Er, sin embargo, pues Dios lo mató.
Entonces Judá dijo a su hijo Onán: "Cásate con la mujer de tu hermano y cumple como cuñado con ella, procurando descendencia a tu hermano."
─ Génesis 18:8
A Onán no le pareció muy bien la idea, y aunque "si bien tuvo relaciones con su cuñada, derramaba a tierra, evitando el dar descendencia a su hermano".
El coitus interruptus no agradó a Dios, y también mató a Onán. Entonces dijo Judá a su nuera Tamar: "Quédate como viuda en casa de tu padre hasta que crezca mi hijo Selá."
Pasaron los años, Judá enviudó y Tamar se veía que el tiempo pasaba. Ni corta ni perezosa, se disfrazó de prostituta, sedujo a su suegro (sin que éste se diera cuenta que estaba "sembrando" con su propia Nuera).
Judá no tenía con qué pagar a Tamar por sus servicios. Mientras le enviaba el pago (un cabrito), Tamar exigió de prenda su sello, su cordón y el bastón que tenía Judá en la mano.
"Como a los tres meses aproximadamente, Judá recibió este aviso: "Tu nuera Tamar ha fornicado, y lo que es más, ha quedado encinta a consecuencia de ello." Dijo Judá: "Sacadla y que sea quemada."
Pero cuando ya la sacaban, envió ella un recado a su suegro: "Del hombre a quien esto pertenece estoy encinta", y añadía: "Examina, por favor, de quién es este sello, este cordón y este bastón."
Judá lo reconoció y dijo: "Ella tiene más razón que yo, porque la verdad es que no la he dado por mujer a mi hijo Selá." Y nunca más volvió a tener trato con ella.
─ Génesis 38:24-26
Al parecer, Judá tenía muy buena puntería pese a su edad, pues Tamar dio a luz a dos mellizos.
Y ocurrió que, durante el parto, uno de ellos sacó la mano, y la partera le agarró y le ató una cinta escarlata a la mano, diciendo: "Este ha salido primero."
Pero entonces retiró él la mano, y fue su hermano el que salió. Ella dijo: "¡Cómo te has abierto brecha!" Y le llamó Peres. Detrás salió su hermano, que llevaba en la mano la cinta escarlata, y le llamó Zéraj.
─ Génesis 38:28-30
El Sexo en la Biblia: Santos y Pecadores
La telenovela de Judá y Tamar
En hebreo, yibbum es la práctica bíblica de que si el hermano casado muere, su hermano menor debe tomar el lecho con su cuñada hasta que se quede embarazada. Pero entonces, se pretendía que el hijo era del difunto, y el hermano que verdaderamente engendraba al niño perdía sus derechos. Esto también se conoce como el matrimonio levirato.
Este fue el caso extremo de Judá, cuyo hijo Er se casó con Tamar. Algo malo debió hacer Er, sin embargo, pues Dios lo mató.
Entonces Judá dijo a su hijo Onán: "Cásate con la mujer de tu hermano y cumple como cuñado con ella, procurando descendencia a tu hermano."
─ Génesis 18:8
A Onán no le pareció muy bien la idea, y aunque "si bien tuvo relaciones con su cuñada, derramaba a tierra, evitando el dar descendencia a su hermano".
El coitus interruptus no agradó a Dios, y también mató a Onán. Entonces dijo Judá a su nuera Tamar: "Quédate como viuda en casa de tu padre hasta que crezca mi hijo Selá."
Pasaron los años, Judá enviudó y Tamar se veía que el tiempo pasaba. Ni corta ni perezosa, se disfrazó de prostituta, sedujo a su suegro (sin que éste se diera cuenta que estaba "sembrando" con su propia Nuera).
Judá no tenía con qué pagar a Tamar por sus servicios. Mientras le enviaba el pago (un cabrito), Tamar exigió de prenda su sello, su cordón y el bastón que tenía Judá en la mano.
"Como a los tres meses aproximadamente, Judá recibió este aviso: "Tu nuera Tamar ha fornicado, y lo que es más, ha quedado encinta a consecuencia de ello." Dijo Judá: "Sacadla y que sea quemada."
Pero cuando ya la sacaban, envió ella un recado a su suegro: "Del hombre a quien esto pertenece estoy encinta", y añadía: "Examina, por favor, de quién es este sello, este cordón y este bastón."
Judá lo reconoció y dijo: "Ella tiene más razón que yo, porque la verdad es que no la he dado por mujer a mi hijo Selá." Y nunca más volvió a tener trato con ella.
─ Génesis 38:24-26
Al parecer, Judá tenía muy buena puntería pese a su edad, pues Tamar dio a luz a dos mellizos.
Y ocurrió que, durante el parto, uno de ellos sacó la mano, y la partera le agarró y le ató una cinta escarlata a la mano, diciendo: "Este ha salido primero."
Pero entonces retiró él la mano, y fue su hermano el que salió. Ella dijo: "¡Cómo te has abierto brecha!" Y le llamó Peres. Detrás salió su hermano, que llevaba en la mano la cinta escarlata, y le llamó Zéraj.
─ Génesis 38:28-30
El Sexo en la Biblia: Santos y Pecadores
La violación de Dina y la circuncisión masiva
La Biblia cuenta, en Génesis 34, que Jacob vivía con su familia entre los jivitas, un pueblo pagano, pero pacífico.
"Dina, la hija que Lía había dado a Jacob, salió una vez a ver a las mujeres del país. Siquem, hijo de Jamor el jivita, príncipe de aquella tierra, la vio, se la llevó, se acostó con ella y la humilló. Su alma se aficionó a Dina, hija de Jacob, se enamoró de la muchacha y trató de convencerla. Siquem dijo a su padre Jamor: "Tómame a esta chica por mujer".
─Génesis 34:1-4
Los hijos de Jacob fueron a hablar con Siquem, que al parecer tenía verdadera devoción por la sometida Dina. Pusieron una extraña condición: que los jivitas se cortaran el prepucio. Todos.
"No podemos hacer tal cosa: dar nuestra hermana a uno que es incircunciso, porque eso es una vergüenza para nosotros. Tan sólo os la daremos a condición de que os hagáis como nosotros, circuncidándose todos vuestros varones".
─Génesis 34:14-15
La historia parece que va a acabar como una versión pacífica y positiva de Romeo y Julieta, pues Siquem convenció a todos los varones que se circundaran en una ceremonia masiva en su ciudad.
Sin embargo, las intenciones de los hermanos eran otras y la historia no acabó nada bien para Siquem.
"Pues bien, al tercer día, mientras ellos estaban adoloridos, dos hijos de Jacob, Simeón y Leví, hermanos de Dina, blandieron cada uno su espada y entrando en la ciudad sin peligro mataron a todo varón. También mataron a Jamor y a Siquem a filo de espada, y tomando a Dina de la casa de Siquem, salieron".
─Génesis 34:25-28.
El incesto: Lot es seducido por sus hijas
Es un libro con violaciones, abuso sexual, "quítate tú para ponerme yo", amor ilícito, exhibicionismo, incesto, un poco de amor gay y una obsesión con la circuncisión. Si crees que esta magna obra sólo la encontrarás en la sección porno, la respuesta es muy distinta: está en casi todos los moteles de Estados Unidos, pero también en casi todas las iglesias cristianas: es la sagrada Biblia.
En la Biblia, Lot, el sobrino de Abraham, vivía en Sodoma, una ciudad tan llena de pecado que quisieron violar en la calle a los enviados de Dios. Los ángeles lograron vencer a la muchedumbre, pero Dios decidió destruir a la ciudad y a la vecina Gomorra ahí mismo. Tan sólo se salvaría Lot, su mujer y sus dos hijas, que no tienen nombre en la Biblia.
La mujer de Lot fue ordenada que no mirara hacia atrás, pero lo hizo y se convirtió en un poste de sal. El recién enviudado Lot se instaló en una cueva con sus hijas. Ambas, al verse solas y creyendo que eran las únicas que quedaban en el mundo, decidieron emborrachar a su padre, tener relaciones con el ebrio anciano para poder tener hijos.
"Al día siguiente dijo la mayor a la pequeña: "Mira, yo me he acostado anoche con mi padre. Vamos a propinarle vino también esta noche, y entras tú a acostarte con él, y así engendraremos de nuestro padre descendencia".
─ Génesis 19:34.
"Las dos hijas de Lot quedaron encinta de su padre. La mayor dio a luz un hijo, ye le llamó Moab: es el padre de los actuales moabitas. La pequeña también dio a luz un hijo, ye le llamó Ben Ammí: es el padre de los actuales ammonitas".
─ Génesis, 19:36-38.
El incesto: Lot, sus hijas y ¿En qué pensaban, quienes la Biblia escribieran?
Nuestro propósito, al explorar el incesto en esta entrada, es el de enfocarlo como un proceso evolutivo y como parte de los aspectos fundamentales que rigen nuestros comportamientos.
Primero, los autores de la Biblia; cuyos conocimientos siempre buscamos, porque éstos representan el modo como nuestros antecesores razonaban — aunque nunca podrían anticipar los resultados biológicos del incesto entre padres e hijas — antes de que la domesticación de animales pudiera demostrarles directamente, los efectos de la endogamia.
Las leyes mosaicas, cuando, por ejemplo, prohíben el consumo de la carne de cerdo — no lo hicieron aplicando los conocimientos de la microbiología; ciencia que aun no existiera. Pero sí sabían que el cerdo con sus mecanismos de termorregulación que requieren que se sumerjan en el lodo para reducir su temperatura, era una especie alimenticia que evitar en el desierto donde vivían. (Véase: Managing Heat Stress in the Outdoor Pig Breeding Herd por J. McGlone).
Sin embargo, para entender el incesto, no podemos ignorar lo que aprendiéramos acerca de nuestras intuiciones. Las mismas que gobiernan comportamientos de evasión y de acercamiento. (Véase mi serie: ¿Por qué no Existen los Accidentes…?).
De todas maneras, las aplicaciones científicas nos han asistido.
Lo que sabemos
Con el desarrollo de de la ciencia moderna, los peligros precisos de la consanguinidad se han establecido, y son asombrosos.
En un estudio. Los resultados de la procreación entre primo hermanos incrementaban la mortalidad infantil un 60%. En otro, una mayoría de los descendientes nacidos de padre-hija y de hermano-hermana morían durante los primeros seis meses de vida, demostrando asimismo un porcentaje más alto de defectos hereditarios, incluyendo el estigma de la retardación mental. De la que ya hemos hablado. (Véase mi ponencia: El Autismo y su Entendimiento en monografías.com).
Estudios abundan que, parcial o totalmente, soportan los conceptos, por Freud, avanzados, acerca del tabú del incesto. Para Freud, los Complejos de Edipo y de Electra serían los fenómenos ingénitos en el desarrollo psicosexual del ser humano, que yacen las bases para la formación de una conciencia moral o Súper/ego. (Véase mi artículo: Complejos de Edipo y Electra en monografías.com).
Pero, la Biblia, nuestra gran Maestra, se contradice en éste y otros asuntos.
Leamos de la Biblia
Levítico, prohíbe el incesto de modo explícito:
18:5 Guardad mis preceptos y mis normas. El hombre que los cumpla, por ellos vivirá. Yo, Yahveh.
18:6 Ninguno de vosotros se acerque a una consanguínea suya para descubrir su desnudez. Yo, Yahveh.
18:7 No descubrirás la desnudez de tu padre ni la desnudez de tu madre. Es tu madre; no descubrirás su desnudez.
18:8 No descubrirás la desnudez de la mujer de tu padre; es la misma desnudez de tu padre.
18:9 No descubrirás la desnudez de tu hermana, hija de tu padre o hija de tu madre, nacida en casa o fuera de ella.
18:10 No descubrirás la desnudez de la hija de tu hijo o de la hija de tu hija, pues es tu propia desnudez.
18:11 No descubrirás la desnudez de la hija de la mujer de tu padre, engendrada de tu padre, que es tu hermana.
18:12 No descubrirás la desnudez de la hermana de tu padre; es carne de tu padre.
18:13 No descubrirás la desnudez de la hermana de tu madre; es carne de tu madre.
18:14 No descubrirás la desnudez del hermano de tu padre; no te acercarás a su mujer; es la mujer de tu tío.
18:15 No descubrirás la desnudez de tu nuera, es la mujer de tu hijo; no descubrirás su desnudez.
18:16 No descubrirás la desnudez de la mujer de tu hermano; es la desnudez de tu hermano.
18:17 No descubrirás la desnudez de una mujer y la de su hija, ni tomarás la hija de su hijo ni la hija de su hija para descubrir su desnudez; son tu propia carne; sería un incesto.
Una caracterización de la Biblia proveniente del Internet:
‘Es un libro con violaciones, abuso sexual, ‘quítate tú para ponerme yo, amor ilícito, exhibicionismo, incesto, un poco de amor gay y una obsesión con la circuncisión. Si crees que esta magna obra sólo la encontrarás en la sección porno, la respuesta es muy distinta: está en casi todos los moteles de Estados Unidos, pero también en casi todas las iglesias cristianas: es la sagrada Biblia’.
El incesto en la Biblia: Lot es seducido por sus hijas
Lot, el sobrino de Abraham, vivía en Sodoma, una ciudad tan llena de pecado que quisieron violar, homosexualmente, en plena calle, a los enviados de Dios — Lot, entre ellos. Los ángeles, milicianos de Dios, lograron subyugar a la muchedumbre, pero Dios decidió destruir a la ciudad y a la vecina Gomorra sin dilación. Tan sólo se salvaría Lot, su mujer y sus dos hijas, que carecen de nombre alguno en la historia.
Mientras huían, la mujer de Lot fue ordenada a no mirar hacia atrás, pero lo hizo y se convirtió en un poste de sal. — Sólo Dios sabe por qué saló a la curiosa criatura y por qué la eliminaría — Lo que pasó, pasó.
El recién enviudado Lot, ya soltero de nuevo, se instaló en una cueva con sus hijas. Ambas, al verse solas y creyendo que eran las únicas mujeres que quedaban en el mundo, decidieron emborrachar a su padre, tener relaciones con el ebrio anciano y así poder tener hijos.
Al día siguiente dijo la mayor a la pequeña: ‘Mira, yo me he acostado anoche con mi padre. Vamos a propinarle vino también esta noche, y entras tú a acostarte con él, y así engendraremos de nuestro padre descendencia’. Darvinismo sin que Darwin aun existiera.
- Génesis 19:34.
Noblesse oblige…
Las dos hijas de Lot quedaron encintas de su padre. La mayor dio a luz un hijo, y le llamó Moab: es el padre de los actuales moabitas. La pequeña también dio a luz un hijo, y le llamó Ben Ammí: es el padre de los actuales ammonitas’. (¿Con quiénes procrearan? La Biblia no enseña).
- Génesis 19:36-38.
Así concluye la aparición breve, en la historia bíblica, del sobrino de Abraham.
El incesto como fenómeno de carácter cultural y religioso
La mayoría de las personas en la gran parte de todas las sociedades aborrece profundamente las relaciones sexuales incestuosas.
Aquí no hacemos referencia al abuso sexual contra niños, sino a relaciones consentidas entre padres e hijos, en cualquier combinación — la incidencia de las que, por sus delicadas naturalezas, nunca sabremos, porque posiblemente, nunca serían reportadas.
Por otra parte, si se busca orientación en los trabajos de los expertos tradicionales, muchos libros han sido publicados donde se acusa a Alfred Kinsey de ocultar información acerca de lo ubicuo de los comportamientos incestuosos que encontrara en sus investigaciones — lo que hiciera para no despertar curiosidad y opiniones adversas. (Véase: Family Sex por W. Farrell).
Las teorías de Edward Westermark, que nos aseguran que niños que crecen juntos tienden a la exogamia, son refutadas por un número impresionante de antropólogos. Entre todos, Marvin Harris, lo hace con brevedad magistral, en Our Kind.
Mientras que los trabajos del antropólogo Arthur Wolf, hechos en China, y basados en los principios de la Sociobiología Humana, y los concluidos en los Kibutz de Israel, soportan la teoría de que la familiaridad de ser criados juntos, hace que los humanos prefieran, la exogamia, cuando crecen.
Lo que aún siendo así, ni elimina la omnipresencia del incesto, ni lo explica.
Pero, veamos…
Para explicar la tendencia a dejar el nido en busca de pareja sexual a la distancia, se han invocado tales factores como son los efectos de las feromonas que, en este caso, distancian, en vez de hacer aproximar, a quienes fueran criados juntos.
Feromonas negativas…
Un capítulo reciente a este rompecabezas fue añadido por Lloyd de Mause, quien, escribiendo acerca del incesto en el Journal of Psychohistory, en 1999, nos dice lo siguiente:
‘Este ensayo se publica para considerar la evidencia de hipótesis opuestas a la mía: Éstas proponen que la ausencia de incesto ha sido la orientación universal, para la mayoría de las personas, por todas partes y por todos los tiempos. Lo cierto es que mientras más se investiga detalladamente en toda nuestra historia, más evidencia se encuentra de que el incesto ha sido fenómeno universal, como ha sido asimismo la presencia de otras formas de abuso hacia el niño’.
Hasta ahora, el puzle del incesto nunca ha sido ensamblado, y sus enigmas no se han explicado.
Entra el Rey de la Sabana
Podemos imaginarnos al ser humano que, como antepasado nuestro, viviera en el paleolítico superior, habiendo exterminado toda oposición humanoide y reinando supremo como señor y dueño de la llanura.
Sus instintos, interactuando a los niveles de los tres cerebros — ya conocidos, de McLean — y entendidos como dogmas de la neurociencia moderna; lo orientarían en procurar compañía para el acto reproductivo, con la mujer que apareciera más atractiva en esos momentos.
Ella también buscaba lo mismo, aunque, tristemente incauta, de la carga enorme que le esperaba.
Por supuesto, asumimos que ya existiría la tribu y que el macho de la especie reconocía, plenamente, su posición y desarrollo en ese mismo lugar, o en el nuevo, en caso de que hubiese migrado, adoptando otro grupo para vivir entre sus miembros.
El cortejo no podría ser un simple garrotazo, la consumación del acto sexual y seguir cada quien su camino. No, aquí aplica la ‘Regla de los Tres’ — la del abandono del macho a los tres años de apareamiento conyugal para que el producto de la copulación fuera viable.
Una vez nacido el niño, las relaciones cambiarían entre los miembros de la pareja.
Influyendo en ambos, el hecho, de que como se vivía en proximidad muy estrecha; que la estimulación sexual, por esa misma proximidad propiciada, podría ocurrir a una edad temprana entre todos los participantes.
Pero no olvidemos aquí el rol de la alimentación y de las comidas disponibles en el entonces. (Véanse mis ponencias: Caso Difícil Número 14 & Número 18 y La Relación Entre el Embarazo Precoz de las Adolescentes y la Gordura en monografías.com).
Careciendo de comidas, como las de hoy, ricas en densidad calórica, la pubertad sería dilatada, en relación a la que nosotros conocemos — lo que sería seguro contra la atracción sexual de mujeres pre-pubescentes.
De esa manera, la niña muy joven no sería la más atractiva para quien, a su disposición tuviera mujeres más adecuadas.
La niña misma, en su desarrollo, por virtud de la necesidad de protegerse contra los avances del sexo opuesto, crecería más rápidamente que el varón, lo que le suministraba alguna defensa.
Entonces, el incesto, como exploración sexual, en la noche larga del neolítico, no era oportunidad para resarcir impulsos sexuales por seres denigrados y corruptos, sino que sería una circunstancia fortuita del hecho de vivir en esa época.
Se puede creer que, como actividad puramente exploratoria y curiosa, el incesto — en su aplicación más amplia, sería actividad no-reprehensible y común.
Por su naturaleza de ser narcisista y de querer ser especial, el ser humano ha creado una pantomima de los mismos instintos que, sin obstáculos nos movieran.
Pero, debemos de ser únicos. Aunque no lo seamos. En las dinastías egipcias los hermanos desposaban, sus hermanas. Mientras que los dioses griegos desposaban a quienes pudieran…
• Mitología griega
? Edipo y Yocasta
? Tiestes viola a su hija Pelopia y así nació Egisto.
? El mítico Adonis nació de la unión del rey Tías y su hija Mirra.
? El dios Zeus tomó a su hermana Deméter con la cual tuvo a Perséfone, con quien a su vez cometió un doble incesto al tener un hijo con ésta, dicho hijo es llamado Dionisos-Zagreos o Yaco.
o
• Mitología egipcia
? Osiris e Isis
Entonces tenemos la mitología de la era Victoriana. Tiempos en los que la sexualidad humana se trivializó, y marco entre los que los sexólogos originales originaran — no por coincidencia — la sexología, Freud incluido.
Freud, abundaba en razones por las que temiera dimitir la realidad del incesto. Hijo de padre mucho mayor que la madre. Por ella preferido. Avergonzado por ser judío en su Viena natal. Más tarde apegado a su cuñada, Minna Bernays, quien compartiera su domicilio y con quien pasaría, en solitud, sus descansos veraniegos. Con quien se dice que tuvo una relación romántica y estable de la que hubiese nacido, por lo menos, el producto de un embarazo abortado.
No siendo santo, Freud carecía de autoestima estable y sólida. Como quienes lo admiran, lo respetan y lo han estudiado bien saben. Por ello, no era directo, como tampoco Einstein lo sería.
La relación de Freud con su hija menor Anna, asimismo es sujeta a la especulación lúbrica.
Por ello, ante la hipocresía victoriana, Freud se dedicó a la mitología edípica. Algo que algunos de sus seguidores más cercanos asimismo adoptarían, notable entre todos la antropóloga Margaret Mead — pero, como el tango nos dice: ‘mentiras, mentiras, todo era mentiras’.
Pero no fue solamente la vergüenza del incesto lo que a Freud causaría problemas psicológicos de índole serios, sino la seducción infantil. (Véase: The Assault on Truth: Freud’s Suppression of the Seduction Theory por J. Moussaieff Masson).
Para muchos, entonces, el incesto se convertiría en un símbolo de ascendencia social. El Papa Alejandro VI, como pontífice de Dios, no podía abandonar a su hija preferida, Lucrezia, a ser desflorada por alguien que no fuese él — el Hombre, por Dios escogido.
Y así sería con los miembros de las dinastías egipcias, quienes se consideraban descendientes directos de los astros divinos que en ellos se personificaran.
Una síntesis psicoanalítica del incesto
Freud perteneció a la elite de tantos pensadores que creyeran en el rol que las costumbres ejercen en la formación del carácter humano. Para él la sexualidad había sido transformada por la religión en una caricatura de los instintos.
Pronto se percató de que muchas de sus primeras pacientes habían reportado relaciones incestuosas o de estimulación prematura para explicar sus síntomas. No sabiendo qué hacer con esas historias, las reportaría, como casos, en la literatura de entonces.
Más adelante, temiendo críticas se retractó. (Véase la obra citada anteriormente de J. Moussaieff Masson).
Sin embargo, sus descubrimientos, que él llamara cruciales, fueron la sexualidad infantil y el Complejo de Edipo.
Animado por esta nuevas nociones, Freud se vería impulsado a redefinir sus formulaciones teóricas originales, abandonando la seducción infantil, como ya hemos visto.
El caso de Jenny
Nos llegó por ser bulímica. Hija única. Tragedia, sino griega, por lo menos norteamericana del siglo XX.
Ambos padres eran médicos. Inmigraron de Irlanda a América en búsqueda del ‘sueño americano’. El que pronto encontraron, estableciéndose en una urbe donde los católicos eran preponderantes.
Las monjas del hospital donde ejercieran los acogerían muy bien. Ya que la Abadesa, Sor Rock, les facilitó todo lo necesario para que hicieran una fortuna entre ambos.
Pero la buena suerte no estaba en los astros para ellos. Shannon, la esposa, murió joven de carcinoma del seno. Lo que dejaría a Jenny y a Patrick en la peculiar situación de compartir el duelo y una inmensa mansión donde todo abundaba.
Jenny se dedicó a los catorce años a ser su padre acompañante y amiga. Lo puso a dieta, lo hizo correr con ella todos los días y lo acompañaba al trabajo si su horario escolar lo permitía.
Patrick perdió de peso, lucía revigorizado, como nunca antes. Habiendo adelgazado, se sentía feliz. (Véanse mis muchos artículos acerca del adelgazamiento en monografías.com y Psikis).
El incesto ocurrió en la piscina, de modo ‘natural’ como ambos lo describieran. No les pareció anormal, hasta que un vecino sospechoso, descubriendo actividad extraña en el área descrita, llamó la policía.
El infierno que ambos, padre e hija, confrontarían, ni Dante pudo imaginar.
Durante la terapia, Jenny decía, ‘yo me sentía muy especial. Era mi padre, pero lo amaba y lo necesitaba. Sabía que él a mí también me necesitaba… ¿A quiénes hicimos daño?’.
El lector, en este caso, tiene la palabra.
La Biblia y la homosexualidadLa
Biblia es una complicada y extensa epopeya de la relación de un pueblo con su Dios.
Existen dos corrientes básicas de interpretación bíblica : los literalistas y los interpretativos.
Los literalistas afirman que cada palabra de la Biblia viene directamente de Dios y se debe aceptar tal cual.
Los interpretativos también creen que es palabra de Dios, pero que debe tomarse dentro de un contexto crítico e histórico.
Las principales corrientes cristianas, incluyendo a la Iglesia Católica Romana, están divididos entre literalistas (que también se les llama popularmente fundamentalistas) e interpretativos.
Los literalistas se han apoyado en numerosos textos (usando como ariete a Pedro de Tarso, que era todo un fenómeno de prohibiciones) para justificar la discriminación de mujeres, negros (tanto para esclavizarlos como para discriminarlos), judíos (gracias principalmente al evangelista Juan) y homosexuales.
Ultimamente, los literalistas se centran en los homosexuales y olvidan como si no estuvieran los textos bíblicos que al parecer relegan a las mujeres, negros y judíos a seres humanos de tercera categoría .
En un libro tan enorme y exhaustivo como la Biblia (ver mi intento de hermenéutica), sólo se suelen citar cinco ejemplos claros para usarlos contra los homosexuales.
En honor a fomentar una discusión, incluyo este enlace para que se te caiga el alma al suelo.
Libro, capítulo y verso Descripción
Génesis, 19:1-11 Los dos ángeles llegaron a Sodoma por la tarde. Lot estaba sentado a la puerta de Sodoma . Al verlos, Lot se levantó a su encuentro y postrándose rostro en tierra , dijo: «Ea , señores, por favor, desviaos hacia la casa de este servidor vuestro. Hacéis noche, os laváis los pies, y de madrugada seguiréis vuestro camino.» Ellos dijeron: «No; haremos noche en la plaza.» Pero tanto porfió con ellos, que al fin se hospedaron en su casa . El les prepraró una comida cociendo unos panes cenceños y comieron. No bien se habían acostado, cuando los hombres de la ciudad, los sodomitas, rodearon la casa desde el mozo hasta el viejo, todo el pueblo sin excepción. Llamaron a voces a Lot y le dijeron: «¿Dónde están los hombres que han venido donde ti esta noche? Sácalos, para que abusemos de ellos.» Lot salió donde ellos a la entrada , cerró la puerta detrás de sí, y dijo: «Por favor, hermanos, no hagáis esta maldad. Mirad, aquí tengo dos hijas que aún no han conocido varón. Os las sacaré y haced con ellas como bien os parezca ; pero a estos hombres no les hagáis nada , que para eso han venido al amparo de mi techo.» Mas ellos respondieron: «¡Quita allá! Uno que ha venido a avencindarse, ¿va a meterse a juez? Ahora te trataremos a ti peor que a ellos.» Y forcejearon con él, con Lot, de tal modo que estaban a punto de romper la puerta . Pero los hombres alargaron las manos, tiraron de Lot hacia sí, adentro de la casa , cerraron la puerta , y a los hombres que estaban a la entrada de la casa les dejaron deslumbrados desde el chico hasta el grande, y mal se vieron para encontrar la entrada .
Levítico, 18:22 No te acostarás con varón como con mujer; es abominación.
Levítico, 20:13 Si alguien se acuesta con varón, como se hace con mujer, ambos han cometido abominación: morirán sin remedio; su sangre caerá sobre ellos.
Romanos, 1:27 Igualmente los hombres, abandonando el uso natural de la mujer, se abrasaron en deseos los unos por los otros, cometiendo la infamia de hombre con hombre, recibiendo en sí mismos el pago merecido de su extravío.
I Corintios, 6:9-10 ¡No os engañéis! Ni los impuros... ni los afeminados, ni los homosexuales...heredarán el Reino de Dios.
I. Génesis, 19. El pecado de la inhospitabilidad.
Si te lees los 11 versículos, verás que tratan primero de violación. Los habitantes de Sodoma no querían ligarse a los huéspedes de Lot ni irse a bailar con ellos, querían violarlos. Pero el problema no yace en la violación tampoco, sino en la falta hospitalaria de los sodomitas. Lot está dispuesto a entregar a sus dos hijas vírgenes a cambio, pues no quiere romper el amparo del visitante, tan vigente en la cultura hebrea.
Basta con echar un vistazo a las posteriores interpretaciones de Sodoma (que fue destruida por la mano de Dios) en otros versos bíblicos.
Ezequiel, 16:48: «Este fue el crimen de tu hermana Sodoma : orgullo, voracidad, indolencia de la dulce vida tuvieron ella y sus hijas; no socorrieron al pobre y al indigente».
Sabiduría , 19:13-15: «Mas sobre los pecadores cayeron los castigos, precedidos, como aviso, de la violencia de los rayos. Con toda justicia sufrían por sus propias maldades, por haber extremado su odio contra el extranjero. Otros no recibieron a unos desconocidos a su llegada . pero éstos redujeron a esclavitud a huéspedes bienhechores. demás habrá una visita para ellos porque recibieron hostilmente a los extranjeros... ».
Mateo 10, 5:15: «a estos doce envió Jesús, después de darles estas instrucciones: «No toméis camino de gentiles ni entréis en ciudad de samaritanos; 6 dirigíos más bien a las ovejas perdidas de la casa de Israel. Id proclamando que el Reino de los Cielos está cerca . Curad enfermos, resucitad muertos, purificad leprosos, expulsad demonios. Gratis lo recibisteis; dadlo gratis. No os procuréis oro, ni plata , ni calderilla en vuestras fajas; ni alforja para el camino, ni dos túnicas, ni sandalias, ni bastón; porque el obrero merece su sustento. «En la ciudad o pueblo en que entréis, informaos de quién hay en él digno, y quedaos allí hasta que salgáis. Al entrar en la casa , saludadla . Si la casa es digna , llegue a ella vuestra paz; mas si no es digna , vuestra paz se vuelva a vosotros. Y si no se os recibe ni se escuchan vuestras palabras, salid de la casa o de la ciudad aquella sacudiendo el polvo de vuestros pies. Yo os aseguro: el día del Juicio habrá menos rigor para la tierra de Sodoma y Gomorra que para aquella ciudad».
II. y III. Levítico: Un código religioso fundamentalista y una taimada selección.
Históricamente, el libro del Levítico tiene un contexto muy específico. Si los judíos eran el pueblo de Dios, ¿por qué fueron esclavizados en Egipto tan fácilmente y por tantos años? La respuesta se deja entrever: no se cumplían las leyes del Señor. El capítulo 18 de Levítico es una prevención contra los ritos paganos egipcios y cananitas: «No hagáis como se hace en la tierra de Egipto, donde habéis habitado, ni hagáis como se hace en la tierra de Canaán a donde os llevo; no debéis seguir sus costumbres».
Entre los ritos canaanitas estaban los de fertilidad de Baal y Maloch. Para obtener fertilidad, tanto humana como vegetal, esos ritos exigían orgías entre toda la familia (cuya prohibición específica se lleva gran parte del capítulo 18). De ahí viene el versículo 22. Es sencillamente una impureza religiosa , al igual que es una impureza religiosa tener relaciones con una mujer durante la menstruación o durante 66 días después de haber parido a una hembra .
Pero Levítico tiene otras prohibiciones que NADIE en el mundo cristiano observa :
Levítico 1:2-3. El sacrificio expiatorio de sangre. «Cuando alguno de vosotros presente a Yahveh una ofrenda , podréis hacer vuestras ofrendas de ganado, mayor o menor. Si su ofrenda es un holocausto de ganado mayor ofrecerá un macho sin defecto; lo ofrecerá a la entrada de la Tienda del Encuentro, para que sea grato ante Yahveh...los sacerdotes, ofrecerán la sangre y la derramarán alrededor del altar situado a la entrada de la Tienda del Encuentro. Desollará después la víctima y la descuartizará; ».
Levítico 11: 9-12. Prohibición de comer crustáceos (cangrejos, langosta , almejas, ostras) «De entre todos los animales que viven en las aguas, podréis comer éstos: cuantos tienen aletas y escamas sean de mar o río, los podréis comer. Pero serán cosa abominable para vosotros todos los que carezcan de aletas y escamas, entre todos los que bullen en las aguas, en mares y ríos, y entre todos los demás animales que viven en el agua . Tendréis por abominable todo cuanto en las aguas carece de aletas y escamas». Los versos anteriores también prohíben comer cerdo, liebre y conejo.
Levítico 19: 27-28. Prohibición de afeitarse la cabeza y de ponerse tatuajes: «No rapéis en redondo vuestra cabellera , ni cortes los bordes de tu barba . No haréis incisiones en vuestra carne por los muertos; ni os haréis tatuaje. Yo, Yahveh».
Levítico 25:44. Puedes buscar esclavos en los pueblos vecinos. «Los siervos y las siervas que tengas, serán de las naciones que os rodean; de ellos podréis adquirir siervos y siervas».
Levítico 1:5-6 Sacrificio de sangre, «como sacrificio de reparación por el pecado cometido, llevará a Yahveh una hembra de ganado menor, oveja o cabra, como sacrificio por el pecado. Y el sacerdote hará por él expiación de su pecado».
IV. Romanos 1:27
Este apartado en la epístola de Pablo (que a punto estuve de incluir en la relación de gente gay) menciona a hombres teniendo relaciones con hombres. Pero los términos usados para describirlos son «deshonrosos» y «vergonzosos». Estos se refieren deliberadamente a desaprobación social, no a condena ética o moral.
Además, según el uso de Pablo, diferente a la prevaleciente filosofía estoica del día, para physin (innatural) sería mejor traducido como «atipíco» o «más allá de lo ordinario». Así que no se refiere a la ley natural. Y no puede implicar condena ética ya que en Romanos 11:24 se dice que Dios mismo actúa de manera para physin. Pablo ve el sexo entre hombres como impuro (ver Romanos 1:24), al igual que la uncircuncisión o comer comidas prohibidas. Lo menciona para resaltar el punto principal de su carta, que los requerimientos de pureza de la Ley Judía no son relevantes en Cristo Jesús.
V. Corintios, traducciones elásticas
Primero, un milagro de la lingüística. Parece ser que Pablo de Tarso creó la palabra homosexual en el siglo II, cuando en realidad se creo a finales del siglo XIX. La palabra que San Pablo pone en el griego «original» es arsenokoitai, que se ha traducido según la óptica del traductor: homosexual, sodomita, pederasta, pervertido o persona de mala moral.
La Nueva Biblia católica de 1974 rompe más barreras lingüísticas todavía y asevera que quiere decir «homosexuales practicantes».
Mi conclusión es sencilla. Verdaderamente no se sabe lo que quería decir esa máquina de condena que era Pablo de Tarso. Viendo la indiferencia sobre el tema que tenía Pablo en la Epístola a los Romanos, es posible plasmar la misma mano ambigua a este pasaje.
ESPOSAS EN LA BIBLIA BUENAS Y MALAS.
Se puede aprender muchas lecciones mediante los perfiles de las personalidades de otras personas, sus fuerzas y sus debilidades. Así podemos reconocer algunas tendencias familiares en nuestras propias vidas. Las descripciones de otras personas pueden enfocar más claro para nosotros nuestros propios problemas. A veces, somos ciegos de adónde nos están conduciendo nuestros propios delitos, aunque podamos ver con claridad el destino final de tales tendencias en las vidas de otros.
Es por eso mismo que la bíblia retrata las características de muchos hombres y mujeres, ambos buenos y malos. En el presente, pienso estudiar algunas esposas retratadas en la bíblia, ambas buenas y malas. Encuentro nuestro texto en Lucas 17:32 donde Cristo dijo: «Acordaos de la mujer de Lot.» La idea es que se puede aprender algunas lecciones al acordarnos de tales ejemplos en la bíblia.
En primer lugar, la bíblia habla de algunas esposas malas. La esposa de Lot es el ejemplo principal. Su historia es hallada en Génesis 13:11-13 y 19:15-26. Lot era el sobrino de Abraham. «Lot habitó en las ciudades de la llanura, y fue poniendo sus tiendas hasta Sodoma. Mas los hombres de Sodoma eran malos y pecadores contra Jehová en gran manera.» Claro que el pecado primordial de Sodoma y Gomorra fue el homosexualismo, o como Judas 7 dice, ellos habían «fornicado e ido en pos de vicios contra naturaleza». A pesar de eso, Lot y su esposa condujeron a su familia hacia Sodoma. La esposa de Lot evidentamente estuvo de acuerdo con su marido para ir poniendo sus tiendas hasta Sodoma. Quizo vivir tan cerca del mundo como fuera posible. Lot había codiciado la buena tierra cercana a Sodoma. Esa codicia a lo mejor compartió su esposa. Es como algunas esposas hoy día. Quieren tener para sus hijos mucho más que ellos tenían. Por eso, ponen el materialismo por ser más importante de sus almas.
Lot fue poniendo sus tiendas hasta Sodoma. Quizás su esposa pensaba que las influencias malas en Sodomas no pudieron hacer daño a su familia. Por fin, entraron en la ciudad. Lo que comenzó con la codicia, y después se desenvolvió en el compromiso, poniendo sus tiendas hasta Sodoma, por fin culminó en la apostasía completa. El pecado es así. Con frecuencia es progresivo en su forma de llegar en nuestras vidas. Santiago 1:13-15 dice: «Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie; sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte.» Los compromisos con el mundo fueron progresivos en la vida de la esposa de Lot. Poco a poco permitió que las fuerzas del invidualismo radical y del liberalismo moral entraran en su vida. Ella entró en la ciudad perversa; y por fin la ciudad entró en ella, en su corazón. Por eso, en vez de escapar de la destrucción con prisa, la mujer de Lot miró hacia atrás, a espaldas de su marido, y se volvió estatua de sal (Génesis 19:26). Así muchas esposas hoy día miran hacia atrás al mundo que va a sufrir el castigo del fuego eterno. Están en peligo de ser destruidas igual que ella. No necesitamos ese tipo de esposa en nuestras familias cristianas. (Para inscribirse en nuestro curso bíblico por correspondencia, escriba a: La Verdad Para el Mundo, Apartado 515, Villa Rica, Georgia 30180 EE.UU.; Apartado 515, Villa Rica, Georgia, 30180.)
Otro tipo de esposa que no necesitamos hoy día fue la esposa de Potifar, oficial de Faraón en Egipto, en Génesis 39. Ella fue la primera sensualista en la galería de las mujeres de la bíblia. Fue mujer rica, consentida, y hermosa. Puso sus ojos en José, el joven santo. A menudo, de hecho cada día, ella le tentó a cometer el adulterio con ella. Siempre rehusó. La Escritura dice: «Aconteció que entró él un día en casa para hacer su oficio, y no había nadie de los de casa allí. Y ella lo asió por su ropa, diciendo: Duerme conmigo. Entonces él dejó su ropa en las manos de ella, y huyó y salió» (Génesis 39:11-12). Resultó que ella le acusó falsamente e inventó una mentira para destruir su reputación. Lo que representa la esposa de Potifar es la infidelidad matrimonial. El adulterio es un pecado que puede condenarnos al infierno (Gálatas 5:19-21). De acuerdo con los estadísticos proveídos por una encuesta por el Centro de Investigaciones de las Opiniones Nacionales a la Universidad de Chicago, sólo el 21 por ciento de los hombres norteamericanos han cometido el adulterio en sus vidas casadas y sólo el 11 por ciento de las mujeres casadas. Entonces, el argumento hecho por las izquierdistas que tratan de defender ese pecado en las vidas de ciertos políticos prominentes por alegar que «casí todo el mundo lo hace» está equivocado. En EE.UU., casi todo el mundo NO comete el adulterio. No obstante, es un pecado creciente, no solo aquí sino por muchos países del mundo. La esposa de Potifar en Egipto es un ejemplo idoneo de la mujer indecente que trata de seducir a los hombres. No necesitamos a tales esposas. (Escriba a: La Verdad Para el Mundo, Apartado 515, Villa Rica, Georgia, 30180 EE.UU.; Apartado 515, Villa Rica, Georgia, 30180.)
Otro tipo de esposa que no necesitamos fue Jezabel, hija de Et-baal rey de los sidonios. Ella fue adoradora de Baal y la esposa del rey impio de Israel, Acab, por un matrimonio arreglado para ratificar un trato de alianza entre Tiro e Israel (1 Reyes 16-19). Jezabel fue mala en gran manera. Jezabel fue una reina terca, tiránica, astuta, cruel, sin inhibiciones y sin fe en Dios. Fue una tirana que odiaba a todo lo que es bueno y recto. Por eso, asesinó a los profetas de Dios (1 Reyes 18:4). ¿Por qué? Porque la tiranía siempre es así. No puede ganar con la verdad. Por tanto, tiene que oprimir a los mensajeros de verdad. Además, incitaba a su esposo cobarde a hacer lo malo ante los ojos de Jehová (1 Reyes 21:25). No necesitamos a tales esposas hoy día.
En el Nuevo Testamento encontramos a Herodías que convivía con Herodes. Ella fue la esposa de Felipe, hermano de Herodes (Marcos 6:17). Y encontramos a Drusila, mujer de Felix, que también era inmoral (Hechos 24:24,25). Son ejemplos de algunas malas esposas en la bíblia que hemos de rechazar. (Escriba a: La Verdad Para el Mundo, Apartado 515, Villa Rica, Georgia, 30180 EE.UU.; Apartado 515, Villa Rica, Georgia, 30180.)
En segundo lugar, encontramos ejemplos de algunas buenas esposas en la bíblia, como Rebeca, hija de Betuel, y esposa para Isaac en Génesis 22:23. Rebeca había preservado su virginidad hasta su matrimonio. Manifestaba la pureza de vida. Fue una esposa casta.
Otro tipo de esposa que necesitamos hoy día fue Rut, quien fue buena esposa primeramente para Mahlón, y después de la muerte de él, para Booz. Rut 3:11 le describe como «una mujer virtuosa.»
También, necesitamos esposas como Elisabet, la esposa de Zacarías. Eran los padres de Juan el Bautista. Lucas 1:6 dice que «ambos eran justos delante de Dios, y andaban irreprensibles en todos los mandamientos y ordenanzas del Señor.» Nos hacen falta las esposas hoy día como ella que son irreprensibles.
Otro ejemplo de una buena esposa en la bíblia es María, la madre de Jesús. Era virgen. Lucas 2:41en adelante narra como era fiel a su marido. Además, después del nacimiento de Jesús, María era buena madre para sus hijos e hijas que tuvo con José (Mateo 12:46 y Mateo 13:55). Si Dios hubiese elegido nuestra época para el nacimiento de su hijo, ¿hubiese podido encontrar a una esposa igual que ella? Ojalá que sí.
Priscila, mujer de Aquila en Hechos 18:1-4, es otro ejemplo de una buen esposa. Ella trabajaba junto con su marido, no solamente en el negocio familiar de hacer tiendas de campaña, sino también en la obra evangelística. Obviamente, respetaba las limitaciones de su sexo y por eso no ejerció autoridad sobre los hombres. Sin embargo, ayudó en privado a su esposo en la evangelización de Apolos. Ellos le tomaron aparte y le expusieron más exactamente el camino de Dios (Hechos 18:26). Es otra buena esposa en la bíblia.
El punto es que la bíblia narra las vidas y el porte de algunas esposas malas y de algunas esposas buenas. ¡Ojalá que las mujeres de la actualidad imitaran a esas mujeres antiguas, sobre todo en la fe y la obediencia para con el evangelio! Gracias, y hasta la próxima.
Es por eso mismo que la bíblia retrata las características de muchos hombres y mujeres, ambos buenos y malos. En el presente, pienso estudiar algunas esposas retratadas en la bíblia, ambas buenas y malas. Encuentro nuestro texto en Lucas 17:32 donde Cristo dijo: «Acordaos de la mujer de Lot.» La idea es que se puede aprender algunas lecciones al acordarnos de tales ejemplos en la bíblia.
En primer lugar, la bíblia habla de algunas esposas malas. La esposa de Lot es el ejemplo principal. Su historia es hallada en Génesis 13:11-13 y 19:15-26. Lot era el sobrino de Abraham. «Lot habitó en las ciudades de la llanura, y fue poniendo sus tiendas hasta Sodoma. Mas los hombres de Sodoma eran malos y pecadores contra Jehová en gran manera.» Claro que el pecado primordial de Sodoma y Gomorra fue el homosexualismo, o como Judas 7 dice, ellos habían «fornicado e ido en pos de vicios contra naturaleza». A pesar de eso, Lot y su esposa condujeron a su familia hacia Sodoma. La esposa de Lot evidentamente estuvo de acuerdo con su marido para ir poniendo sus tiendas hasta Sodoma. Quizo vivir tan cerca del mundo como fuera posible. Lot había codiciado la buena tierra cercana a Sodoma. Esa codicia a lo mejor compartió su esposa. Es como algunas esposas hoy día. Quieren tener para sus hijos mucho más que ellos tenían. Por eso, ponen el materialismo por ser más importante de sus almas.
Lot fue poniendo sus tiendas hasta Sodoma. Quizás su esposa pensaba que las influencias malas en Sodomas no pudieron hacer daño a su familia. Por fin, entraron en la ciudad. Lo que comenzó con la codicia, y después se desenvolvió en el compromiso, poniendo sus tiendas hasta Sodoma, por fin culminó en la apostasía completa. El pecado es así. Con frecuencia es progresivo en su forma de llegar en nuestras vidas. Santiago 1:13-15 dice: «Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie; sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte.» Los compromisos con el mundo fueron progresivos en la vida de la esposa de Lot. Poco a poco permitió que las fuerzas del invidualismo radical y del liberalismo moral entraran en su vida. Ella entró en la ciudad perversa; y por fin la ciudad entró en ella, en su corazón. Por eso, en vez de escapar de la destrucción con prisa, la mujer de Lot miró hacia atrás, a espaldas de su marido, y se volvió estatua de sal (Génesis 19:26). Así muchas esposas hoy día miran hacia atrás al mundo que va a sufrir el castigo del fuego eterno. Están en peligo de ser destruidas igual que ella. No necesitamos ese tipo de esposa en nuestras familias cristianas. (Para inscribirse en nuestro curso bíblico por correspondencia, escriba a: La Verdad Para el Mundo, Apartado 515, Villa Rica, Georgia 30180 EE.UU.; Apartado 515, Villa Rica, Georgia, 30180.)
Otro tipo de esposa que no necesitamos hoy día fue la esposa de Potifar, oficial de Faraón en Egipto, en Génesis 39. Ella fue la primera sensualista en la galería de las mujeres de la bíblia. Fue mujer rica, consentida, y hermosa. Puso sus ojos en José, el joven santo. A menudo, de hecho cada día, ella le tentó a cometer el adulterio con ella. Siempre rehusó. La Escritura dice: «Aconteció que entró él un día en casa para hacer su oficio, y no había nadie de los de casa allí. Y ella lo asió por su ropa, diciendo: Duerme conmigo. Entonces él dejó su ropa en las manos de ella, y huyó y salió» (Génesis 39:11-12). Resultó que ella le acusó falsamente e inventó una mentira para destruir su reputación. Lo que representa la esposa de Potifar es la infidelidad matrimonial. El adulterio es un pecado que puede condenarnos al infierno (Gálatas 5:19-21). De acuerdo con los estadísticos proveídos por una encuesta por el Centro de Investigaciones de las Opiniones Nacionales a la Universidad de Chicago, sólo el 21 por ciento de los hombres norteamericanos han cometido el adulterio en sus vidas casadas y sólo el 11 por ciento de las mujeres casadas. Entonces, el argumento hecho por las izquierdistas que tratan de defender ese pecado en las vidas de ciertos políticos prominentes por alegar que «casí todo el mundo lo hace» está equivocado. En EE.UU., casi todo el mundo NO comete el adulterio. No obstante, es un pecado creciente, no solo aquí sino por muchos países del mundo. La esposa de Potifar en Egipto es un ejemplo idoneo de la mujer indecente que trata de seducir a los hombres. No necesitamos a tales esposas. (Escriba a: La Verdad Para el Mundo, Apartado 515, Villa Rica, Georgia, 30180 EE.UU.; Apartado 515, Villa Rica, Georgia, 30180.)
Otro tipo de esposa que no necesitamos fue Jezabel, hija de Et-baal rey de los sidonios. Ella fue adoradora de Baal y la esposa del rey impio de Israel, Acab, por un matrimonio arreglado para ratificar un trato de alianza entre Tiro e Israel (1 Reyes 16-19). Jezabel fue mala en gran manera. Jezabel fue una reina terca, tiránica, astuta, cruel, sin inhibiciones y sin fe en Dios. Fue una tirana que odiaba a todo lo que es bueno y recto. Por eso, asesinó a los profetas de Dios (1 Reyes 18:4). ¿Por qué? Porque la tiranía siempre es así. No puede ganar con la verdad. Por tanto, tiene que oprimir a los mensajeros de verdad. Además, incitaba a su esposo cobarde a hacer lo malo ante los ojos de Jehová (1 Reyes 21:25). No necesitamos a tales esposas hoy día.
En el Nuevo Testamento encontramos a Herodías que convivía con Herodes. Ella fue la esposa de Felipe, hermano de Herodes (Marcos 6:17). Y encontramos a Drusila, mujer de Felix, que también era inmoral (Hechos 24:24,25). Son ejemplos de algunas malas esposas en la bíblia que hemos de rechazar. (Escriba a: La Verdad Para el Mundo, Apartado 515, Villa Rica, Georgia, 30180 EE.UU.; Apartado 515, Villa Rica, Georgia, 30180.)
En segundo lugar, encontramos ejemplos de algunas buenas esposas en la bíblia, como Rebeca, hija de Betuel, y esposa para Isaac en Génesis 22:23. Rebeca había preservado su virginidad hasta su matrimonio. Manifestaba la pureza de vida. Fue una esposa casta.
Otro tipo de esposa que necesitamos hoy día fue Rut, quien fue buena esposa primeramente para Mahlón, y después de la muerte de él, para Booz. Rut 3:11 le describe como «una mujer virtuosa.»
También, necesitamos esposas como Elisabet, la esposa de Zacarías. Eran los padres de Juan el Bautista. Lucas 1:6 dice que «ambos eran justos delante de Dios, y andaban irreprensibles en todos los mandamientos y ordenanzas del Señor.» Nos hacen falta las esposas hoy día como ella que son irreprensibles.
Otro ejemplo de una buena esposa en la bíblia es María, la madre de Jesús. Era virgen. Lucas 2:41en adelante narra como era fiel a su marido. Además, después del nacimiento de Jesús, María era buena madre para sus hijos e hijas que tuvo con José (Mateo 12:46 y Mateo 13:55). Si Dios hubiese elegido nuestra época para el nacimiento de su hijo, ¿hubiese podido encontrar a una esposa igual que ella? Ojalá que sí.
Priscila, mujer de Aquila en Hechos 18:1-4, es otro ejemplo de una buen esposa. Ella trabajaba junto con su marido, no solamente en el negocio familiar de hacer tiendas de campaña, sino también en la obra evangelística. Obviamente, respetaba las limitaciones de su sexo y por eso no ejerció autoridad sobre los hombres. Sin embargo, ayudó en privado a su esposo en la evangelización de Apolos. Ellos le tomaron aparte y le expusieron más exactamente el camino de Dios (Hechos 18:26). Es otra buena esposa en la bíblia.
El punto es que la bíblia narra las vidas y el porte de algunas esposas malas y de algunas esposas buenas. ¡Ojalá que las mujeres de la actualidad imitaran a esas mujeres antiguas, sobre todo en la fe y la obediencia para con el evangelio! Gracias, y hasta la próxima.
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