martes, 12 de enero de 2010

Xavier Abril (1905) Poesia




La transparente poesía de Xavier Abril (1905)


Semblanza


Dentro de la poesía peruana del siglo XX, Xavier Abril es un claro representante de lo que genéricamente se llama modernidad y que no es otra cosa que incrustar un desaforado trabajo de innovación dentro de la poderosa corriente de la tradición. Es cierto que la circunstancia vital de haber vivido el debate de las vanguardias en Europa le facilitó un acercamiento a esa forma de escritura, pero es verdad también que tenía desde sus inicios un respeto y un conocimiento de la milenaria tradición castellana. Así se explica su primer libro Hollywood (Madrid 1931), cuyo título obviamente hace referencia a la capital del cine, pero al mismo tiempo a la urbe moderna, distinta del París versallesco con que soñaban tanto Rubén Darío como sus congéneres. Allí, en esos poemas y textos de humor, la actitud es nueva (el menage, la taquicardia, el temblor, el pathos, el terror al espacio), pero la forma es reposada, de un ritmo elemental de sístole y diástole, como la de algunos escritores españoles, Azorín, por ejemplo. En Hollywood, como en sus dos libros siguientes, Difícil trabajo (Madrid 1935) y Descubrimiento del alba (Lima 1937), Abril no muestra experimentos, poemas en agraz. Sin excepción posible, todos los escritos de esta década merecen ser considerados en cualquier antología de la poesía peruana o latinoamericana.

Desde una presencia muy fuerte del inconsciente, fruto de una necesidad expresiva íntima y de un conocimiento de primera mano de la vanguardia y del surrealismo y, sin duda, del psicoanálisis, Abril extiende su interés hacia poetas cuya característica principal es el rigor intelectual, de emoción, pero de férreo control de la palabra. Esta es una de las claves para el conocimiento de su poesía.

Abril es, en la poesía peruana, el justo medio entre Vallejo y Eguren. No necesita el lector saber nada de Abril para deslumbrarse con los poemas que escribió. Y esto es probablemente lo mejor que pueda decirse de un poeta.

Poesía


Elegía a la mujer inventada
Anoche fuiste noche…
Naturaleza
Poema del sueño dormido
Intimidad
Estética
La rosa de su nombre
La rosa múltiple
La rosa eterna

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ELEGÍA A LA MUJER INVENTADA

(Sin formas la conocéis:
es la yedra obstinada,
la reja y el amor
apenas lágrimas de otro tiempo)

Una mujer o su sombra de yedra
llena esta soledad de lámparas vacías.

En la memoria del corazón
está marchita una flor,
un nombre de mujer.

Los ojos de la ausencia
están llenos de lluvia, de paisajes helados y sin árboles.

¿Quién conoce el nombre de esa mujer
que olvida su cabellera en los ríos del alba?

¡Qué difícil es distinguir entre la noche
y una mujer ahogada hace tiempo en un estanque!

El desmayo de una flor no se compara
al silencio de los párpados cerrados.

(De Descubrimiento del alba)



ANOCHE FUISTE NOCHE…

Anoche fuiste noche. Mi mismo sueño. Saliste de mí como de una ducha. Yo tuve el
sentido del agua en tus costados. Recién, fuiste tú salida de mí. Vuelta a mí. En mí,
Antes nunca habías sido. Te sentí en tus lentos pies. En tu apenas tierra después
del nuestro goce.

La oscuridad de tu vientre me limitó en paraíso. Yo sentí miedo peludo, sexual, de
carpa de circo en soledad.

Tu goce es el único misterio que quiero poseer en sismógrafo.

El goce de la mujer es tan fino, que puebla al hombre y pasa sus tejidos mejor que
los rayos X.

Yo no sé hasta dónde se me fuga la mujer en el goce.

Siento celos de las condiciones sexuales del hotel.

(De Hollywood)



NATURALEZA

No alcanzaré a ser puro mientras no crezca yerba de mis
pies. Hasta no saber oscuramente que en mí fluye el agua,
crece el fuego, trashuman animales.
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POEMA DEL SUEÑO DORMIDO

El hombre desvelado es más fino que la brisa nacida en la frente de las mujeres
dormidas. Y si pronuncia palabra es más silencioso que la llegada del alba.

La soledad de los árboles es menos penetrante que el desvelo.
El insomnio está lleno de ratones y dientes y pestañas.
Verdadera fauna nerviosa de la que se sale sólo por milagro.
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INTIMIDAD

Estas en mí tan lenta que parece agua continua. Te veo caer en
mis últimos sueños, en blancos espacios de soledad. A la distancia
mínima del deseo y de la belleza.

Oigo la música de tu cuerpo en la yema de mis dedos.

(De Difícil trabajo)



ESTÉTICA

(Realidad, incierta realidad o sueño.
Mujer siempre dormida en el poema.
Gacela despierta en suave paisaje de nube,
ausente de césped y horizonte.
POESÍA ES A CONDICIÓN DE OLVIDO)

(De Antología de la poesía latinoamericana de vanguardia 1916-1935)
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LA ROSA DE SU NOMBRE

La rosa, la rosa siempre,
La rosa que acompaña.
Aquí estoy de rosa a rosa
esperando la condena
Del que a la rosa se entrega,
Disperso bajo la Luna,
Soñando la rosa que era.

No busquéis rosa ninguna,
Descubridla en Primavera.
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LA ROSA MÚLTIPLE

¡Oh rosa de lejanía,
rosa de rosa lejana,
que su nostalgia bebía
en jardines de Nirvana!

Así la rosa se hacía
al misterio más liviana;
en los sueños revivía
el tiempo que fue lozana.

La rosa torna a la rosa
en vuelo de luz, dichosa,
del cielo rosa al devenir.

Íntegra forma volvía
a sentir lo que sentía
en soledad de vivir.
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LA ROSA ETERNA

En la mañana nacía
vestida de su alborada;
en la tarde fenecía
cual la rosa de la nada.

Estaba abierta de día,
de noche estaba cerrada;
cantaba como gemía,
sentía cuanto lloraba,

La flor del mundo ignorada,
que sólo el alma adivina,
de su tallo se alejaba
a ser la rosa divina.

(De La rosa escrita)



Bibliografía

Poemarios


Hollywood (1931)
Difícil trabajo (1935)
Descubrimiento del alba (1937)
La rosa escrita (1987)
Novela poemática
El autómata (1931)

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